El plan inicial de firmar a corto plazo como en veranos anteriores le puede hacer perder dinero. Las cuentas no son fáciles... pero saldrán.
Avanza julio y, cuando todas las grandes piezas del mercado ya están repartidas, LeBron James sigue sin firmar su nuevo contrato con Cleveland Cavaliers.
Al menos, no hay ningún drama a su alrededor: nada más ganar el primer anillo de la historia de la franquicia con una de las remontadas más increíbles de la historia del deporte, LeBron dejó claro que no se movería de Ohio.
Tampoco parece que esta vez haya un trasfondo deportivo que pudiera tener que ver, por ejemplo, con otro jugador que todavía no se ha comprometido para volver a los Cavs aunque a priori también lo hará: JR Smith.
LeBron sí apretó, incluso públicamente, hace un año para que los Cavaliers invirtieran a lo grande en Tristan Thompson cuando no veían con buenos ojos hacerlo.
Pero ahora desde el entorno del jugador se asegura que no es el caso. LeBron sencillamente no tiene prisa… o está midiendo al máximo sus posibilidades.
Porque finalmente todo apunta a que se trata de una cuestión de cálculo: LeBron está evaluando sus opciones en las formas y las cantidades de su próximo contrato, un asunto peliagudo con, lo que complica todo más, la negociación de un nuevo convenio colectivo a la vista y en más que posible cambio en las condiciones de reparto, toda vez que la NBA pretende como mínimo tratar de limitar la flexibilidad de los equipos para formar súper plantillas como la que han reunido los Warriors.
Los Cavaliers, por cierto, derrotaron a los de Oakland en la pasada Final con el roster más caro de toda la historia de la NBA.
El asunto es complejo y ciertamente árido, pero esta es una explicación lo más simplificada posible: hasta ahora LeBron (en un procedimiento similar al de otras grandes estrellas) ha evitado los contratos largos desde su regreso a Cleveland ante la llegada del dinero de los nuevos contratos televisivos y el salto de un salary cap que ha pasado de 70 millones a 94 la próxima temporada, con una proyección de 102 para la 2017-18.
Por eso LeBron en los dos últimos veranos ha firmado dos contratos por los que ha percibido 20,6 y 22,9 millones de dólares. Para este próximo curso tenía una player option por 24 que evidentemente no ha ejecutado. Y aquí comienza el baile.
Lo normal era que LeBron volviera a firmar un contrato en formato 1+1 para, de nuevo, liberarse el próximo verano y ahí sí, seguramente, firmar ya un acuerdo largo con el cap por encima de los 100 millones.
Para poder maximizar su oferta, los Cavs tienen que acogerse a los Bird Rights, la excepción que permite sobrepasar el límite salarial por un jugador que haya estado al menos tres años en el equipo.
LeBron lleva dos, así que en el verano actual solo puede acogerse a los Early Bird Rights, que le permiten un salario un 175% más alto que el de la temporada anterior o que la media salarial si esta cantidad es mayor. Así ha firmado recientemente, por ejemplo, Marvin Williams con Charlotte Hornets.
El problema es que haciendo uso de esos Early Bird Rights, LeBron no puede firmar en formato 1+1 ni el quinto año opcional de los contratos máximos, un problema para su estrategia de los últimos años pero también para firmar ya a largo plazo.
Y si firma sin esa excepción por un año con otro opcional, la oferta de los Cavaliers (sin los Bird Rights completos hasta el próximo verano) sería por un 20% más que en el contrato anterior y, por culpa del increíble ascenso del salary cap, menor de la que otro equipo podría ofrecerle en las mismas condiciones: 27,5 millones por el primer año por los 30,9 que firmaría en cualquier otra franquicia (el máximo para jugadores con al menos diez años de experiencia).
Para alcanzar cifras similares en los Cavs en el primer año (30,8) tendría que firmar por dos temporada en su actual equipo (y unos 64 millones). Si espera al próximo verano y puede liberarse (perdiendo así más de tres millones en la temporada 16-17) los Cavs tendrán sus Bird Rights completos, el cap estará en 102 millones y LeBron podría firmar un contrato que arrancaría en 33,5 millones la próxima temporada.
Pero además, para terminar de complicar las cuentas, ese posible cambio en el convenio colectivo puede transformar las reglas del juego.
Y LeBron no es ajeno a ello. De hecho, es vicepresidente de la Unión de Jugadores con su íntimo Chris Paul como presidente.
Como la NBA quiere limitar la capacidad de los equipos para reunir a grandes estrellas, una de sus posibles propuestas podría pasar por aumentar el porcentaje del cap que se iría para las contratos máximos o incluso (apuntan algunos) suprimir el techo de estos.
En un aumento que, por ejemplo, rondara el 35 ó 40%, el nuevo acuerdo de LeBron con los Cavs podría empezar en más de 38 millones de dólares la primera temporada.
Así que la idea inicial de firmar 1+1 no es tan buena… o tal vez sí. LeBron seguramente esté estudiando todas las opciones en busca de la que menos dinero deja sobre la mesa.
Entre el corto y el largo plazo y entre el actual convenio y el que se avecina. No es fácil pero solo una cosa está clara: terminará firmando con los Cavaliers. No hay drama.
Fuente: As.com
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