Los exámenes de virginidad a los que son sometidas constituyen un "asalto sexual", según lo denunciado por Human Rights Watch. Además, para la Organización Mundial de la Salud (OMS) "no tienen ningún valor científico".
En declaraciones a medios de prensa, doctores que trabajan en la capital afgana de Kabul explicaron que para comprobar si las jóvenes son vírgenes deben abrir sus labios genitales menores y se les pide que tosan, de esta manera se puede ver si mantuvieron relaciones sexuales, ya que el himen, según los médicos afganos, "se rompe entre las siete y las nueve de las agujas del reloj".
Cárcel de hasta 15 años
Todas las jóvenes que se ausentan sin autorización de sus casas o aquellas que en la noche de bodas "no sangran" luego de la primera relación sexual deben ser sometidas, según establece la ley de ese país, a las denigrantes prácticas que la organización no gubernamental denunció.
La Policía da la orden para realizar el examen, solicitado por las familias de las jóvenes. Tres doctoras revisan a las mujeres y el resultado debe ser corroborado por la directora del hospital.
Muchos médicos afganos admiten que la situación que se produce "no es agradable". En ocasiones las mujeres se niegan a ser examinadas, por lo que "dos o tres médicos deben agarrarlas para abrirles las piernas", aunque todos coinciden en que el "estado del himen" es la prueba irrefutable del cumplimiento o no de la ley.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán aprueba estas prácticas y explica que las jóvenes tienen 72 horas para realizar la prueba luego del pedido de las autoridades.
En caso de que una chica se presente en una comisaría para denunciar violencia doméstica, el primer paso en el protocolo es el de realizar estos exámenes.
Asociaciones de médicos internacionales insisten en que se debe formar correctamente a los médicos para que comprendan que el himen puede romperse de forma accidental aunque una joven no mantenga relaciones sexuales.
Fuente Infobae
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