Ex CEO de la constructora Odebrecht, Marcelo Odebrecht./ EFE
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Más de 200 líderes partidarios, de todas las agrupaciones del arco oficialista y opositor, recibieron “donaciones” de dudoso origen del grupo Odebrecht, la mayor constructora de Brasil. Asombrados con lo que consideraron una “bomba atómica”.
Es que documentos secuestrados por la policía, en las operaciones desplegadas el martes último con más de 60 allanamientos, pusieron al descubierto la existencia de una “contabilidad paralela” que llevaba la empresa, y donde constaban exclusivamente el regado con dinero a 18 agrupaciones partidarias del país. Marcelo Odebrecht, el ceo de la firma, recibió hace poco una codena de 19 años de prisión por corrupción.
Horas atrás, anunció que se acogería al sistema de confesión premiada.
Según el periodista de Folha de Sao Paulo Fernando Rodrigues, quien tuvo la primicia, “es el acervo más completo” de las “contribuciones” no declaradas formalmente por la empresa brasileña.
En ella se menciona desde el ex presidente José Sarney, dirigente máximo del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) (socio del oficialista PT) hasta opositores prominentes como Aécio Neves y José Serra.
El primero, ex candidato presidencial vencido en octubre de 2014, es el titular del Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB). Y el segundo, dos veces candidato a presidente derrotado, es senador por ese mismo partido.
En la lista figura un ministro de Dilma Rousseff: Jacques Wagner, a quien se lo menciona además con el alias de “Pasivo” y el ministro de Educacion, Aloizio Mercadante.
También están allí Eduardo Cunha, actual titular de la Cámara de Diputados que pertenece a la fracción anti gobierno del PMDB. Los de Odebrecht a él lo llamaban de “Cangrejo”. Por alguna razón, no tan clara desde el punto de vista físico, a Renan Calheiros, actual titular del Senado—también incluido dentro del grupo de los dos centenares de político que recibieron dinero bajo cuerda—lo bautizaron como “Atleta”.
Y al ex jefe de Estado Sarney, que fue contemporáneo de Raúl Alfonsín, le pusieron el alias de “Escritor”. Se justifica. El político de Maranhao, el estado provincial donde reside, es miembro de la Academia de Letras de Brasil.
No sólo José Serra y Aécio Neves figuran en ese “explosivo” documento de personas que recibieron fondos ilegales. También están allí otros grandes del PSDB, la socialdemocracia fundada por el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, quien no es mencionado, como tampoco el ex presidente Lula da Silva y la actual jefa de Estado Dilma Rousseff. Entre los “tucanos”, como se les dice a los de la socialdemocracia local, figuran también dos conocidísimos dirigentes: Teotonio Vilela –un nombre histórico en la agrupación- , Arthur Virgilio y el gobernador del Estado de San Pablo Gerardo Alckmin.
En esta maraña de personajes que fueron bendecidos con los “aportes” de Odebrecht, están Rodrigo Maia, jefe parlamentario del DEM, un partido conservador del Nordeste, y hombre que “exhibía” una furia particular contra la “corrupción del gobierno”.
El tampoco se salvó de ser denunciado. Otro tanto ocurrió con Joao Alves, también legislador del DEM, quien gustaba de denunciar retóricamente presuntos dineros “delictivos” que habrían regado la campaña de Dilma Rousseff.
Algo peor, entre los mencionados está el fallecido Eduardo Campos, quien se mató en un accidente poco antes de las elecciones presidenciales de 2014, donde competía por el Partido Socialista Brasileño (PSB).
La misma policía federal ayer divulgó esas listas que fueron encontradas en poder de Benedicto Barbosa Silva Júnior, presidente de la Odebrecht Infraestructura. Al ejecutivo se lo conocía en el mundo empresarial como “BJ''.
No deja de ser una contradicción que ayer mismo el juez Moro haya instruido a su equipo para mantener el material bajo secreto. ¿Cómo y por qué se filtró? . Se pueden especular muchas cosas.
Pero la más aproximada a la realidad es que el propio Moro quiso demostrar que si alguien lo quiere perjudicar, tiene con qué defenderse. Este juez federal, que actúa en la esfera del estado de Paraná, supo ganarse el “favor” del público y la enemistad de colegas y políticos. Y, para ser “equilibrado” decidió embarrar a todo el mundo.
De acuerdo con el periodista Rodrigues, el de la primicia, “las planillas son riquísimas en detalles” y concluye que estas aportan “indicios que deberán ser esclarecidos en el curso de las investigaciones del Lava Jato”.
Lo cierto que esos listados no solo registran el nombre de los políticos y de sus cargos, sino que anotan también los “valores” que recibieron. El caso es muy grave y no hay como defenderse.
El senador opositor Neves, ya denunciado por otros delitos como coimas recibidas de la estatal Furnas, pretendió defenderse: “Fueron todas contribuciones legales”. Deberá explicar entonces qué lo diferencia de otros dirigentes y parlamentarios mencionados. Tal vez el dinero que iba a su cuenta, llevaba un chip que lo identificaba como “honesto”.
Es que documentos secuestrados por la policía, en las operaciones desplegadas el martes último con más de 60 allanamientos, pusieron al descubierto la existencia de una “contabilidad paralela” que llevaba la empresa, y donde constaban exclusivamente el regado con dinero a 18 agrupaciones partidarias del país. Marcelo Odebrecht, el ceo de la firma, recibió hace poco una codena de 19 años de prisión por corrupción.
Horas atrás, anunció que se acogería al sistema de confesión premiada.
Según el periodista de Folha de Sao Paulo Fernando Rodrigues, quien tuvo la primicia, “es el acervo más completo” de las “contribuciones” no declaradas formalmente por la empresa brasileña.
En ella se menciona desde el ex presidente José Sarney, dirigente máximo del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) (socio del oficialista PT) hasta opositores prominentes como Aécio Neves y José Serra.
El primero, ex candidato presidencial vencido en octubre de 2014, es el titular del Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB). Y el segundo, dos veces candidato a presidente derrotado, es senador por ese mismo partido.
En la lista figura un ministro de Dilma Rousseff: Jacques Wagner, a quien se lo menciona además con el alias de “Pasivo” y el ministro de Educacion, Aloizio Mercadante.
También están allí Eduardo Cunha, actual titular de la Cámara de Diputados que pertenece a la fracción anti gobierno del PMDB. Los de Odebrecht a él lo llamaban de “Cangrejo”. Por alguna razón, no tan clara desde el punto de vista físico, a Renan Calheiros, actual titular del Senado—también incluido dentro del grupo de los dos centenares de político que recibieron dinero bajo cuerda—lo bautizaron como “Atleta”.
Y al ex jefe de Estado Sarney, que fue contemporáneo de Raúl Alfonsín, le pusieron el alias de “Escritor”. Se justifica. El político de Maranhao, el estado provincial donde reside, es miembro de la Academia de Letras de Brasil.
No sólo José Serra y Aécio Neves figuran en ese “explosivo” documento de personas que recibieron fondos ilegales. También están allí otros grandes del PSDB, la socialdemocracia fundada por el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, quien no es mencionado, como tampoco el ex presidente Lula da Silva y la actual jefa de Estado Dilma Rousseff. Entre los “tucanos”, como se les dice a los de la socialdemocracia local, figuran también dos conocidísimos dirigentes: Teotonio Vilela –un nombre histórico en la agrupación- , Arthur Virgilio y el gobernador del Estado de San Pablo Gerardo Alckmin.
En esta maraña de personajes que fueron bendecidos con los “aportes” de Odebrecht, están Rodrigo Maia, jefe parlamentario del DEM, un partido conservador del Nordeste, y hombre que “exhibía” una furia particular contra la “corrupción del gobierno”.
El tampoco se salvó de ser denunciado. Otro tanto ocurrió con Joao Alves, también legislador del DEM, quien gustaba de denunciar retóricamente presuntos dineros “delictivos” que habrían regado la campaña de Dilma Rousseff.
Algo peor, entre los mencionados está el fallecido Eduardo Campos, quien se mató en un accidente poco antes de las elecciones presidenciales de 2014, donde competía por el Partido Socialista Brasileño (PSB).
La misma policía federal ayer divulgó esas listas que fueron encontradas en poder de Benedicto Barbosa Silva Júnior, presidente de la Odebrecht Infraestructura. Al ejecutivo se lo conocía en el mundo empresarial como “BJ''.
No deja de ser una contradicción que ayer mismo el juez Moro haya instruido a su equipo para mantener el material bajo secreto. ¿Cómo y por qué se filtró? . Se pueden especular muchas cosas.
Pero la más aproximada a la realidad es que el propio Moro quiso demostrar que si alguien lo quiere perjudicar, tiene con qué defenderse. Este juez federal, que actúa en la esfera del estado de Paraná, supo ganarse el “favor” del público y la enemistad de colegas y políticos. Y, para ser “equilibrado” decidió embarrar a todo el mundo.
De acuerdo con el periodista Rodrigues, el de la primicia, “las planillas son riquísimas en detalles” y concluye que estas aportan “indicios que deberán ser esclarecidos en el curso de las investigaciones del Lava Jato”.
Lo cierto que esos listados no solo registran el nombre de los políticos y de sus cargos, sino que anotan también los “valores” que recibieron. El caso es muy grave y no hay como defenderse.
El senador opositor Neves, ya denunciado por otros delitos como coimas recibidas de la estatal Furnas, pretendió defenderse: “Fueron todas contribuciones legales”. Deberá explicar entonces qué lo diferencia de otros dirigentes y parlamentarios mencionados. Tal vez el dinero que iba a su cuenta, llevaba un chip que lo identificaba como “honesto”.
Fuente Clarin
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