Las redadas migratorias que no ocurren en el estado de Nueva York desde septiembre de 2007 podrían ocurrir desde enero del año entrante, según anticiparon miembros del Departamento de Seguridad Interna (Homeland Security Department, HSD).
Los operativos estarían enfocados en parte de la última oleada de alrededor de 100,000 inmigrantes, algunos menores solos, que llegaron sobre todo de Centroamérica.
El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) solo se enfocará en los adultos y jóvenes que recibieron orden judicial de deportación, pero el plan, en últimas, requiere la autorización del DHS. Los adultos y niños que sean encontrados serán deportados de inmediato.
Fuentes cercanas a la medida dicen que el tema ha resultado divisivo entre los miembros de la administración del presidente Barack Obama. Uno de los que la apoyan es el secretario del HSD, Jeh Johnson, debido al reciente incremento de la llegada de inmigrantes y para desanimar a los que tengan planes de venir.
Al mexicano Luis Calixto le resulta difícil opinar al respecto porque sufre lo mismo. “Vine a los 14 años y me dijeron que tenía que regresar a la corte y nunca fui. Llevo más de 17 años acá y nunca he podido hacer papeles, porque pende una orden de deportación, y eso que mi esposa es nacida acá”, contó el padre de tres.
José López, repartidor de comida nativo de Quetzaltenango, Guatemala, planteó que “es injusto porque muchos vinimos acá huyendo de la pobreza extrema de mi país o de la persecución de las pandillas. Uno se arriesga a venir y a perder o a ganar”. Opina que es la última salida porque Estados Unidos, “mal que bien le abre la puerta a todo el mundo”.
López conoce a cuatro menores guatemaltecos que fueron arrestados en estados sureños y debían reportarse ante un juez y no lo hicieron. “Vinieron acá cerca donde familiares o amigos. Unos están estudiando, otros le es difícil trabajar porque son muy jóvenes. Todos se esconden por miedo”, cuenta.
El tema migratorio ha sido un dolor de cabeza para Obama que, por un lado, ha intentado sin éxito legalizar a cinco millones de inmigrantes, pero al tiempo ha deportado a más de dos millones de personas por lo que le han llovido críticas de grupos proinmigrantes.
Andrew Friedman, codirector del Centro de Democracia Popular (CPD), consideró la posibilidad de las redadas como un atropello y un insulto. “Estas familias son refugiadas de la violencia y Obama está menoscabando los valores estadounidenses al planear más redadas y deportaciones”.
Friedman apuntó que el presidente es impulsado por la retórica racista y nacionalista de los candidatos republicanos y que el silencio de Hillary Clinton “debe ser una preocupación para cualquiera que se preocupa por construir un país generoso y respetuoso de las familias inmigrantes”.
En octubre y noviembre, se elevó 173% el número de familias que cruzan la frontera, comparado con el mismo periodo de 2014, según cifras recopiladas por el DHS. Un total de 5,622 menores sin compañía fueron detenidos en la frontera con México, más del doble que los detenidos en noviembre de 2014.
La administración Obama ha dicho que defiende su programa de reubicación para refugiados que cobija cada año a 80,000 personas de todo el mundo, entre los cuales se incluirían a 10,000 refugiados de Siria hasta septiembre próximo.
La dominicana Elizabeth Reyes, madre de tres, opinó que es injusto el plan de las redadas. “Todos tenemos derecho de estar acá en la nación de la libertad. Bastante fue el sacrificio con que ellos pudieron cruzar hasta acá. Seríamos mejor nación si les damos la mano”.
El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) solo se enfocará en los adultos y jóvenes que recibieron orden judicial de deportación, pero el plan, en últimas, requiere la autorización del DHS. Los adultos y niños que sean encontrados serán deportados de inmediato.
Fuentes cercanas a la medida dicen que el tema ha resultado divisivo entre los miembros de la administración del presidente Barack Obama. Uno de los que la apoyan es el secretario del HSD, Jeh Johnson, debido al reciente incremento de la llegada de inmigrantes y para desanimar a los que tengan planes de venir.
Al mexicano Luis Calixto le resulta difícil opinar al respecto porque sufre lo mismo. “Vine a los 14 años y me dijeron que tenía que regresar a la corte y nunca fui. Llevo más de 17 años acá y nunca he podido hacer papeles, porque pende una orden de deportación, y eso que mi esposa es nacida acá”, contó el padre de tres.
José López, repartidor de comida nativo de Quetzaltenango, Guatemala, planteó que “es injusto porque muchos vinimos acá huyendo de la pobreza extrema de mi país o de la persecución de las pandillas. Uno se arriesga a venir y a perder o a ganar”. Opina que es la última salida porque Estados Unidos, “mal que bien le abre la puerta a todo el mundo”.
López conoce a cuatro menores guatemaltecos que fueron arrestados en estados sureños y debían reportarse ante un juez y no lo hicieron. “Vinieron acá cerca donde familiares o amigos. Unos están estudiando, otros le es difícil trabajar porque son muy jóvenes. Todos se esconden por miedo”, cuenta.
El tema migratorio ha sido un dolor de cabeza para Obama que, por un lado, ha intentado sin éxito legalizar a cinco millones de inmigrantes, pero al tiempo ha deportado a más de dos millones de personas por lo que le han llovido críticas de grupos proinmigrantes.
Andrew Friedman, codirector del Centro de Democracia Popular (CPD), consideró la posibilidad de las redadas como un atropello y un insulto. “Estas familias son refugiadas de la violencia y Obama está menoscabando los valores estadounidenses al planear más redadas y deportaciones”.
Friedman apuntó que el presidente es impulsado por la retórica racista y nacionalista de los candidatos republicanos y que el silencio de Hillary Clinton “debe ser una preocupación para cualquiera que se preocupa por construir un país generoso y respetuoso de las familias inmigrantes”.
En octubre y noviembre, se elevó 173% el número de familias que cruzan la frontera, comparado con el mismo periodo de 2014, según cifras recopiladas por el DHS. Un total de 5,622 menores sin compañía fueron detenidos en la frontera con México, más del doble que los detenidos en noviembre de 2014.
La administración Obama ha dicho que defiende su programa de reubicación para refugiados que cobija cada año a 80,000 personas de todo el mundo, entre los cuales se incluirían a 10,000 refugiados de Siria hasta septiembre próximo.
La dominicana Elizabeth Reyes, madre de tres, opinó que es injusto el plan de las redadas. “Todos tenemos derecho de estar acá en la nación de la libertad. Bastante fue el sacrificio con que ellos pudieron cruzar hasta acá. Seríamos mejor nación si les damos la mano”.
Nota de Joaquin Botero
Via diariony
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