Ferreiras, quien lleva 29 años en Nueva York y tiene 3 vendiendo chicharrones de día y jengibre por las noches, oía los merengues de Sadel en un pequeño radio que siempre carga en su carrito de ventas.
Con orgullo, se identificó como santiaguero “y de La Joya”, en referencia al popular barrio de la Ciudad Corazón.
Con los merengues como fondo, relató que es fanático de Benny Sadel, desde que el merenguero debutó con su orquesta en los años ochentas en la República Dominicana.
“Siempre bebiendo y oyendo los discos de él, amargao…”, añadió Ferreiras, subiéndole el volumen al radio y añadiendo “oye, que merengue más bello”, refiriéndose al tema “Dicen”.
También lo tarareaba como podía.
“Tengo tres días bebiendo por la muerte de Benny Sadel”, insistía el santiaguero, en memoria del difunto.
“He bebido ayer y hoy y he venido ayer (sábado) y hoy (domingo) para venderles té y jugos naturales a la gente”, expresó Ferreiras.
“Llevo 22 años vendiendo estos jugos y los mejores chicharrones del Alto Manhattan en el día y en el invierno, vendo jengibre, además de jugos de chinola y avena”, agregó.
Hizo una señal de “pare” a este reportero, para recordar que también ofrece tostones con salami y longaniza.
Tiene tres hijas a las que define como “merengueras” y a las que les gusta mucho esa música. “Ellas tocaban y cantaban con Franklin Medina (El Padrastro)”, y a las que identificó por sus nombres: Nairobi, Claribel, Laura y Maribel Ferreiras, quienes viven en la República Dominicana.
Su cosecha ha sido sólo de hembras.
Mencionó a Andrea y Yury quienes residen en El Bronx.
“Mis hijas son todas cantantes y han participado en concurso y festivales de canto en Santo Domingo”, explicó el vendedor ambulante.
Nota de Miguel Cruz Tejada
No hay comentarios:
Publicar un comentario