El Gobierno de EE.UU. prevé un descenso del número de inmigrantes indocumentados que fueron deportados durante el año fiscal 2015, que finalizó el pasado 30 de septiembre, debido a una gran bajada de la cifra de arrestos en la frontera con México.
Este país norteamericano informó que hasta el 31 de agosto del 2015, por nacionalidades, los mexicanos son los que habían sido deportados en mayor proporción (132.529), seguidos de guatemaltecos (30.807), salvadoreños (19.940), hondureños (18.445) y dominicanos (1.815).
"Todavía estamos contando en 2015 (el número de deportaciones), pero anticipo que será mucho más pequeño que en 2014, sobre todo por el menor número de detenciones", adelantó hoy el secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., Jeh Johnson, durante una conferencia sobre inmigración organizada por su departamento en Washington.
Según recordó Johnson, en el año fiscal de 2012 (del 1 de octubre de 2011 hasta el 30 de septiembre de 2012), el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) deportó a 490.00 personas; en 2013, la cifra descendió hasta 368.000; y en el año fiscal 2014, las deportaciones bajaron a 315.000.
Para 2015, Johnson anticipó "menos deportaciones y más porcentaje de deportaciones de criminales", de acuerdo con las nuevas prioridades que el presidente de EE.UU., Barak Obama, anunció en noviembre de 2014 para que fueran expulsados del país los criminales y no las familias de indocumentados.
Por ello, entre marzo y septiembre de 2015, el 83 % de las personas deportadas fueron criminales, según Johnson.
Hasta el 31 de agosto de 2015, a un mes de que cerrara el recuento de deportaciones de este año, el número de inmigrantes indocumentados que habían sido expulsados era de 214.264, según datos del ICE a los que tuvo acceso Efe.
De estos 214.264 indocumentados, 126.283 eran inmigrantes que habían recibido sentencias por diferentes crímenes y 87.981 eran personas sin antecedentes penales, según estos datos.
Una de las claves del descenso de deportaciones es la bajada del número de detenciones en la frontera entre Estados Unidos y México, pues al producirse una menor entrada de inmigrantes indocumentados -se estima que 11 millones ya viven en EE.UU.-, también descendió el número de deportaciones.
"En 2015, 331.000 personas fueron detenidas. Con la excepción de un año, este es el número de detenciones en nuestra frontera sur más bajo desde 1972", señaló Johnson.
Esta cifra es significativamente inferior a las 1,6 millones de personas que fueron arrestadas en 2000 en la frontera, los 414.000 indocumentados detenidos en 2013 y los 479.000 individuos arrestados cuando trataban de cruzar la frontera en 2014.
Este incremento entre 2013 y 2014 se produjo, sobre todo, por el gran número de familias y niños no acompañados que cruzaron de forma ilegal la frontera por la zona del Valle del Río Grande (sur de Texas), huyendo de la violencia en sus países de origen, principalmente El Salvador, Guatemala y Honduras.
Durante su intervención, Johnson prometió que seguirá luchando para sacar adelante los programas que anunció el presidente Barack Obama el 20 de noviembre del año pasado para frenar la deportación de padres con hijos estadounidenses o residentes permanentes y jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo niños.
Estos programas dependen de una corte de apelaciones de Nueva Orleans (Luisiana), que debe de pronunciarse sobre la legalidad de las medidas que no pudieron entrar en vigor en febrero por una demanda interpuesta por una coalición de 26 estados, en su mayoría republicanos.
"No vamos a deportar a una población equivalente a las ciudades de Nueva York y Chicago en ningún momento", advirtió Johnson, en referencia a la propuesta del aspirante a la nominación presidencial republicana Donald Trump para expulsar a 11 millones de personas y construir un muro en la frontera con México.
"Necesitamos más tecnología, no más muros. Hay ya 700 millas (1.126 kilómetros) de alguna forma de valla en nuestra frontera sur", añadió.
Johnson volvió a pedir al Congreso que impulse una reforma migratoria integral y criticó que los republicanos ni siquiera sometieran a votación en la Cámara de Representantes el proyecto bipartidista que el Senado (entonces en manos demócratas) aprobó en 2013.
La reforma ha vuelto a ganar atención nacional y se ha convertido en uno de los elementos clave de las elecciones presidenciales de 2016, con comentarios en contra de candidatos como Trump o el senador republicano Marco Rubio y con la petición de cambios inmediatos por parte de aspirantes demócratas, como Hillary Clinton.
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