“Es como utilizar la superficie de la tierra como un instrumento para entender lo que ocurre a fondo”, contó la autora prinicipal del estudio, Andrea Donnellan, a KPCC.
Explicó que el estudio utilizó GPS y radar aéreo para analizar el grado de deformación ocasionado por el sismo de 5.1 de magnitud que ocurrió el año pasado en La Habra. Basado en esos datos, el equipo de Donnellan determinó que aún hay energía sísmica reprimida que necesita ser liberada, lo cual ocasionaría el sacudo de las fallas.
Una predicción como tal no es inusual, pero lo que sí es poco común es proponer una cifra de probabilidad casi definitiva, que promete un incidente en tan poco como tres años.
Según Donnellan, el equipo de investigadores llegó al tiempo específico luego de analizar la cantidad de terremotos que han ocurrido en la región del sur de California en los últimos 81 años. Desde entonces, han ocurrido un total de 32 sismos, un promedio de un sismo por cada tres años.
Sin embargo, otros sismólogos aseguran que es prácticamente imposible predecir con tanta seguridad un evento natural.
El último estudio del Sondeo Geológico de EEUU (USGS) arrojó un 85% de pronóstico que un sismo de tal magnitud ocurrirá en tres años —nada cerca, o tan específico, como el 99.9%.
Fuente laopinion
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