Sus últimas palabras fueron: "El papa Francisco, el enviado de Dios, pidió al estado de Texas conmutar mi pena de muerte por una cadena perpetua. Pero el estado de Texas ha rechazado escuchar al enviado de Dios y se las tendrá que ver con el propio Dios. Que todo el mundo sepa que esto no ha terminado".
A Escamilla, de 33 años, lo declararon muerto a las 18.31 hora local (23.31 GMT) tras recibir una inyección letal en la prisión de Huntsville (Texas), según informó el Departamento de Justicia Criminal de ese estado sureño.
Sus últimas palabras fueron: "El papa Francisco, el enviado de Dios, pidió al estado de Texas conmutar mi pena de muerte por una cadena perpetua. Pero el estado de Texas ha rechazado escuchar al enviado de Dios y se las tendrá que ver con el propio Dios. Que todo el mundo sepa que esto no ha terminado".
Según testigos de la ejecución, su hermana gritó "¡Licho no te vayas!" mientras Escamilla quedaba inconsciente.
Como es habitual con los asesinos de policías, compañeros de James acudieron a Huntsville e hicieron rugir los motores de sus motocicletas mientras Escamilla recibía su inyección letal.
El 25 de noviembre de 2001, cuando Escamilla cometió el crimen por el que hoy fue ejecutado, la Policía ya lo buscaba por otro asesinato consumado semanas antes en la ciudad de Dallas.
Lejos de esconderse, el joven pandillero, que en ese entonces tenía 19 años, acudió al club nocturno en el que James prestaba servicios de vigilancia privada y se vio involucrado en una pelea en el aparcamiento del local.
James y otros tres policías que trabajaban fuera de servicio ese día en el club trataron de interrumpir la pelea, pero Escamilla abrió fuego contra ellos, hiriendo al uniformado.
Fuente noticiasterra
No hay comentarios:
Publicar un comentario