La policía arrestó a Arthur Negrón y Abdul Ward de 23 y 24 años de edad respectivamente, como sospechosos en el asesinato de Valdez.
Valdez, quien tenía 31 años, se abrazó a la menor de 4 años, que había ido con su madre embarazada a comprar a la bodega situada en la cuadra 600 de la calle Berckman en Planfield.
La madre de la menor, criticó a la policía y los paramédicos quienes dijo, llegaron 10 minutos después de la llamada al 911 y las atendieron primero a ellas, en vez de ponerle atención al dominicano que se desangraba agonizante.
La mujer, de origen centro o suramericano declinó identificarse por miedo.
El bodeguero fue asesinado por la bala el jueves a las 2:30 de la tarde y los sospechosos arrestados el viernes.
Los disparos fueron hechos por dos bandas rivales de delincuentes en las afueras del negocio y uno de los criminales, entró a la bodega, para protegerse de las balas.
Al escuchar los disparos, la niña de cuatro años de edad, corrió hacia la parte delantera de la bodega, presa del pánico. El dominicano corrió detrás de ella y la bala que lo mató penetró por el cristal de una de las ventanas frontales.
Valdez, tenía un hijo de ocho años y una novia con la que llevaba una relación desde hacía algunos años.
Trabajó durante 10 años en la bodega. “El me llamaba papá”, dijo Angel Caba, tío de Valdez sin poder contener las lágrimas y quien es el dueño del establecimiento.
Los sospechosos detenidos intentaron huir, pero se estrellaron contra una camioneta estacionada a pocas cuadras de la bodega.
Ward, es acusado de asesinato, atraco, posesión ilegal de un arma y eludir a la policía.
Negrón, fue imputado por cargos de posesión ilegal de un arma, atraco y resistencia al arresto.
A ambos se les fijaron fianzas de $1 millón y $500.000 dólares en efectivo. En la camioneta chocada por los sospechosos, resultaron heridos los dos ocupantes y un peatón que estaba cerca de la escena.
Ileana Caba, una prima de la víctima, dijo que la captura de los dos sospechosos, da un poco de paz a la familia.
Clientes de la bodega reaccionaron sorprendidos y en shock por el asesinato de Valdez, pero dijeron que no lo estaban por la protección de la niña, debido al buen corazón del dominicano.
Harry De Cosey Junior, asiduo comprador en la bodega, dijo que Valdez era el primero en llegar al negocio para abrirlo cada mañana y se iba en la noche cuando lo cerraba.
“Era un buen amigo, nunca pensé que podría morir así. Era un hombre muy trabajador y que siempre daba caramelos gratis a los niños”, añadió De Cosey.
Un altar improvisado fue levantado frente a la bodega, con fotografías, flores, velones y velas en honor a Valdez.
El asesinato del bodeguero dominicano conmocionó a todo el vecindario en Planfield.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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