Después de un azote de chinches, que desde hace varios años, afloró en todas partes de la ciudad incluyendo la oficina del gobernador estatal, hoteles cinco estrellas y restaurantes de lujo, el bicho chupa sangre, no ha podido ser desterrado por las autoridades que han preferido multar a los caseros y dueños de edificios, responsabilizándolos por la situación.
Ahora, parte de los trenes de la ciudad, también han sido infestados con las molestosas y repugnantes chinches, y la plaga, se ha encontrado ya en cabinas de conductores de las líneas N y 5.
Los trenes, han tenido que ser puestos fuera de servicio para fumigarlos en Coney Island (Brooklyn), donde son enviadas las máquinas.
Las chinches, fueron halladas en asientos de las cabinas, desde las que los conductores y maquinistas, manejan los trenes.
RATAS POR SACOS
Si las chinches, constituyen un enorme dolor de cabeza para las autoridades de transporte y salud, la permanente invasión de ratas, parece no tener fin tampoco.
En un edificio en el Este de Harlem, en los confines del distrito electoral de la presidenta del Consejo Municipal Melissa Mark Viverito, las ratas, han sido recogidas por sacos.
Entre los años 2010 y 2011, los vecindarios Washington Heights e Inwood en el Alto Manhattan, fueron azotados con una de las peores invasiones de roedores en la historia de la ciudad.
Ese barrio de mayoría dominicana, fue diagnosticado por la Junta Comunitaria #12, como el criadero más grande de ratas de los cinco condados.
Aunque las autoridades no han dado a conocer la cantidad aproximada de ratas que hay en Nueva York, investigadores independientes, creen que la población de roedores podría ser de 100 millones.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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