Los fiscales dijeron que ambos acusados, mataron a Espinal a balazos después de amenazarlo frecuentemente, después de estrellar el vehículo que abordaban los imputados, contra el de Espinal, frente al complejo de viviendas Wiggin Village, el 9 de agosto del 2013.
Maloney está prófugo.
El expediente sostiene que el primero en salir del vehículo fue Maloney, quien alegaba que Espinal salía con su novia. La mujer acompañaba a la víctima en el momento de los disparos.
Espinal, denunció que era amenazado por Maloney, quien le advirtió varias veces que lo mataría. Antes del asesinato, Maloney, golpeó a su novia a la que también le dijo que mataría a Espinal.
La policía hizo caso omiso de la denuncia por las amenazas, hasta que ambos acusados, consumaron el homicidio.
Los fiscales y la policía, sindican a Maloney como miembro de la pandilla “Youngbloods” (Jóvenes Sangrientos) y en el pasado ha sido acusado de otros delitos.
En el 2010, fue arrestado y procesado por atacar a un hombre, junto a otros miembros de la ganga.
Maloney, irrespetó una citación a la corte y se emitió una orden de arresto el mes pasado para capturarlo.
Diez meses después del asesinato de Espinal, el pandillero sigue fugitivo.
Olivares, fue arrestado en abril, luego de ser rastreado por alguaciles de Estados Unidos (US Marshalls) y agentes de la Policía Estatal de Rhode Island, quienes lo capturaron en un apartamento en Brooklyn, donde se escondía.
Un Gran Jurado, lo acusó junto a Maloney de asesinato, conspiración y uso de un arma ilegal para cometer un crimen violento.
Fue extraditado desde Nueva York el miércoles y acusado ante el juez Robert D. Krause, ayer jueves.
Se declaró “no culpable” y se le dejó preso sin derecho a fianza.
El padre de la víctima, señor Gabriel Espinal, estuvo presente en la audiencia acusatoria y dijo que su hijo, tenía varios trabajos en jardinería y en restaurantes y se graduó en la Escuela Superior de Tecnología Lincoln en Providence.
Quería graduarse en la universidad de higienista dental y tenía una hija llamada Gabriela, que ahora tiene 3 años de edad.
“Mi hijo, siempre fue un trabajador y un buen estudiante”, señaló el padre a través de un intérprete en español.
“Los dos acusados, son pandilleros que se dedican a vender drogas, robar y matar gentes”, agregó el señor Espinal.
Culpó a la policía por no arrestar a Maloney, cuando se hizo la denuncia de las amenazas de muerte.
“Me gustaría verlo cara a cara, porque no le tengo miedo”, terminó diciendo el afligido padre.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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