En barrios de la capital y la provincia de Santo Domingo los velatorios entierros se han convertido en espacios para la chercha y el disfrute de amigos y familiares, que se unen en una fiesta de cerveza y música.
Es el caso de los jovencitos Daysi y Eduardo de 15 y 16 años, quienes murieron la mañana del sábado cuando se desplazaban sin control en una motocicleta y se estrellaron contra un carro.
Rumbo al cementerio cientos de menores bebiendo cervezas y calibrando motores escenificaron escenas temibles por momentos. Por ejemplo en esta bomba nadie podía entrar.
Los motores subían hasta la acera, atemorizando a quienes se desplazaban por la carretera mella. Allí no hubo lagrima, pero si pronunciamientos de canchanchanería.
Al filo de las cinco de la tarde decidieron seguir con el entierro, saliendo de la comunidad de San Luis hacia el Cristo Salvador, pero durante todo el trayecto continuaron las exhibiciones acrobáticas, y las cervezas a pico de botella.
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