La noche del viernes "fue ejecutado Francisco Rafael Arellano Félix, de 63 años de edad, cuando se encontraba en una reunión familiar en Cabo San Lucas", un exclusivo balneario ubicado en el estado de Baja California Sur (noroeste), informó este sábado a la prensa el subprocurador de investigaciones especiales de la fiscalía estatal, Isaí Arias.
El excapo "recibió dos impactos de bala, uno en el tórax y uno más en la cabeza", y su cuerpo fue identificado la madrugada de este sábado por sus familiares, añadió el funcionario, quien precisó que hasta el momento no hay detenidos por el crimen ocurrido en Casa Océano, una lujosa residencia turística.
Agentes cercanos al caso aseguraron a la AFP que la balacera se desató durante una fiesta infantil, a la que los sicarios se presentaron vestidos de payasos.
Viejas venganzas
El cártel de Tijuana llegó a tener el control del tráfico de cocaína que iba de esa urbe a la vecina San Diego (suroeste de Estados Unidos) en la década de 1990 y principios de los años 2000, aunque paulatinamente fue perdiendo poder debido a escisiones internas.
El asesinato de Francisco Rafael Arellano Félix "responde a viejas deudas no pagadas, viejas venganzas de tiempos en que los Arellano eran los que controlaban" la zona, opinó para la AFP Raúl Benítez Manaut, investigador especializado en asuntos del narcotráfico de la pública Universidad Nacional Autónoma de México.
"Se ve que uno de sus enemigos que tenía cuentas pendientes por cobrar descubrió su paradero y su modus vivendi... y pues se la cobraron", comentó.
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