Lo de Héctor Acosta "El Torito" fue lo que se puede considerar un verdadero "reventón" anoche, aquí en Houston.
Miles de centroamericanos, suramericanos y mexicanos abarrotaron por completo la plaza del centro comercial y el parque Fun Flex, donde se organizó un concierto al más alto nivel, donde El Torito fue la única atracción, y donde desde temprano en las calles de acceso se formaron hileras de vehículos con gente que habían comprado con anticipación sus entradas, tanto para la zona VIP como para el área general.
Sustentado en una tarima donde no faltaron elementos modernos de producción, como amplias pantallas y luces "led", "espotlights", máquinas generadoras de efectos especiales, y con un público no convencional entregado a la causa, El Torito desplegó su amplio repertorio de éxitos, en un concierto memorable del cual habla y comenta toda la prensa local, en razón del impacto que el mismo alcanzó en la comunidad latina de esta ciudad.
El empresario Gerardo C. que lo trajo, y que lo lleva esta noche a Dallas, organizó el concierto con el nivel y categoría de las grandes figuras internacionales que suele presentar en la plaza.
El Torito correspondió con la iniciativa comportándose en escena como una estrella de la música en capacidad de agenciarse una gran corriente de público por si solo, como bien pudo demostrar.
La gente llenó a toda capacidad el área VIP situada en frente del escenario, a partir de la cual ocupó cada espacio del lugar, aún el más distante.
La masiva asistencia pone una vez más de relieve la gran popularidad que ha alcanzado esta agrupación musical, al haber logrado hacer un "crossover" hacia un público multinacional, despertando el interés de empresarios artísticos que tradicionalmente han potenciado solo artistas mexicanos y suramericanos, y que han encontrado en El Torito al intérprete de dos géneros musicales en capacidad de poner a bailar al mundo.
El predominio en esta plaza de salvadoreños, mexicanos, guatemaltecos, hondureños, colombianos, nicaraguenses, marca pautas preferenciales tradicionalmente reservadas para artistas en conexión con las costumbres y preferencias de su tradición y cultura.
Haciendo acopio de la virtud de llegarle al público con el merengue y la bachata, El Torito ha convertido su agrupación en una "dual band", transitando con éxito entre ambos géneros.
El público asistente disfrutó las bachatas, pero también el merengue, y como si fuera poco, un mosaico de temas tradicionales mexicanos, que originalmente había incluido como un segmento de uno de sus conciertos en Santo Domingo, le cayó como "anillo al dedo" para completar una actuación, de gran atractivo, en la que no hubo desperdicio.
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