El próximo 8 de abril de 2014 será la fecha límite para utilizar el soporte técnico del sistema operativo con el que Microsoft alimentó a miles de millones de ordenadores a partir de 2001. Su fama creció por la pésima performance de su sucesor, el fatídico Vista.
Los especialistas aconsejan actualizar los equipos a Windows 8 con un paquete de office versión 2013, porque también el soporte de Office 2003 será dado de baja.
La última versión del XP es el Service Pack 3, de 2008, un conjunto de mejoras y nuevas funciones que aun está vigente. A pesar de sus doce años de antigüedad, estudios de la consultora Net Market Share indican que el 30% del mercado de sistema operativo en terminales de escritorio siguen funcionando con XP.
De hecho, es el segundo detrás de su sucesor, Windows 7, que tiene el 46.39%. La versión 8, de más reciente lanzamiento, tiene algo más del 8% y más atrás está el Mac OS X 10.8 (3,69%).
Se calcula que hay 500 millones de ordenadores en el todo el mundo que siguen cargados con XP. Pertenecen a hogares o empresas pequeñas, que después del fracaso de la versión Vista decidieron ser conservadoras o bien no tuvieron la capacidad económica para actualizarse.
La caída del soporte para SP3 cierra una etapa que se había iniciado en 2006, cuando dieron de baja el Service Pack 1, y que continuó en 2010, cuando discontinuaron el del SP2.
Los 12 años de supervivencia del XP quiebran una de las cotas que la empresa ha tomado como medida: que sus productos duran en el mercado un máximo de 10 años, con cinco de soporte estándar y otro lustro de soporte extendido.
Obviamente, es lógico que el XP pase a retiro. Las tecnologías producidas en los últimos años requieren de otros sistemas operativos, que sean adaptables a un ecosistema digital donde mandan las redes sociales y aplicaciones en la nube.
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