Según informa The Washington Post, el acusado, identificado como Paul Kevin Curtis, envió tres misivas impregnadas con ricina.
Una de ellas era para el mandatario estadounidense, otra para el senador Roger Wicker y otra para un juez del poblado de Tupelo (Mississippi), lugar en que nació su ídolo.
El FBI informó que las cartas escritas por Curtis acusaban una supuesta conspiración relacionada con el tráfico de partes humanas.
"Nadie me quiso escuchar antes. Todavía son "piezas perdidas", dijo en el mensaje en que acusaba la desaparición de personas. "Quizás ahora tendré su atención. Incluso si eso significa que alguien debe morir. Spy KC y apruebo este mensaje", añadió.
El detenido arriesga una condena de 15 años de cárcel y será procesado por la Corte de Oxford.
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