Los 115 cardenales reunidos en Cónclave en la Capilla Sixtina no llegaron a un acuerdo sobre el nombre del próximo Pontífice de la Iglesia Católica.
La reunión de este miércoles comenzó bien temprano. Desde las 5.30 (hora chilena), los purpurados electores están congregados para escoger al sucesor del dimitido Benedicto XVI.
En esta jornada están previstas hasta cuatro votaciones. Al haber salido humo negro de la chimenea situada en el tejado de la Capilla Sixtina, esto significa que en los dos sufragios celebrados esta mañana no se logró que un nombre concitara dos tercios de los votos, es decir, 77 papeletas.
Las papeletas del primer conteo fallido se sumaron a las de la segunda elección y, aun así, no llegó el consenso.
Todos los votos fueron quemados entonces en la estufa especialmente instalada para el proceso y, gracias a la aplicación de heno húmedo y un dispositivo eléctrico, la humareda negra que se dibujó en el nublado cielo de Roma indicó a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro que habrá que seguir esperando al menos hasta la tarde para saber si hay Papa.
Diversos medios italianos han dado luces de lo que ocurre al interior de la Capilla Sixtina bajo el secretismo eleccionario.
El cardenal italiano Angelo Scola y su par brasileño Odilo Scherer estarían tomando la delantera en los comicios, pero ambos sin congregar el apoyo de la mayoría y ahí apareció el arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega.
El mexicano sería el llamado outsider, candidato que no estaba en los planes como favorito y que podría seguir los pasos de Juan Pablo II.
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