"Yo traje mis propios 'spikes', pero la compañía que nos representa nos regaló estos especialmente para el juego y decidimos usarlos", relató Cabrera. "Para mí están bonitos".
Quizás le dieron suerte, o quizás fue que hubo dos pitcheos equivocados. Pero lo cierto es que los dos bateadores de los Gigantes produjeron cinco carreras y contribuyeron a que la Liga Nacional volviera a tener la ventaja local en la Serie Mundial.
"No puedo creer que haya ganado este premio, no lo puedo creer", repitió en varias ocasiones Cabrera. "Vine a jugar duro, a hacer mi juego y ayudar al equipo a ganar. Estoy muy contento y agradecido de Dios por lo que hice".
Cabrera disparó el primer hit del partido y anotó la primera carrera con un doble de Ryan Braun. El abridor de la Americana, Justin Verlander embasó a Carlos Beltrán y a Buster Posey, preparando la escena para el triple de Sandoval, un lineazo por el jardín derecho que colocó el marcador 4-0. Uggla remolcó la quinta carrera de la entrada con un sencillo al cuadro.
"Fue una curva, que se quedó alta", dijo sobre el lanzamiento de Verlander. "No estaba buscando el triple, simplemente estaba buscando un pitcheo en la zona para batear y se dio. Ví la oportunidad de llegar a tercera cuando Batista perdió la bola y miré al coach de tercera que me hizo señas de que siguiera".
Fue el primero de tres triples en el partido, estableciendo una marca. Rafael Furcal pegó el segundo y Braun el tercero en la cuarta entrada.
El de Furcal fue seguido de un sencillo de Matt Holliday y el jonrón de Cabrera que coronó la cuarta entrada de tres carreras para ampliar la delantera a 8-0. Braun siguió con el tercer batazo de triple mérito, pero la entrada cerró sin más consecuencias.
"Fue una recta medio a medio", comentó Cabrera sobre el envío que produjo el jonrón. "No sé si fue un error o el pitcheo que él quería, pero le pude pegar bien. Fue una gran emoción dar ese batazo frente a la fanaticada de Kansas City, que me trató tan bien el año pasado. Me siento contento por ellos y agradecido también a la fanaticada de San Francisco, por haberme escogido".
Durante el corrido, Cabrera dio la impresión de que tenía intenciones de saludar a su ex compañero y compatriota Robinson Canó. El saludo no se dio, pero sí intercambiaron unas palabras.
"En este juego, antes se podía relajar y decir cosas, se jugaba más relajado", comentó Canó. "Pero ahora ya no se puede, es más seria la cosa porque se está jugando por algo, que es la ventaja en la Serie Mundial".
"Nada de saludos", aclaró Cabrera. "Me dijo 'buen palo' y me felicitó. Somos muy Buenos amigos, nos hablamos mucho durante la temporada y sé que él está muy contento por mí".
Cabrera se convirtió en el sexto dominicano que gana el premio de Mas Valioso y en el primero desde que Miguel Tejada lo obtuvo en 2005. Se une a una elite que incluye además a Alfonso Soriano (2004), Pedro Martínez (1999), Julio Franco (1990) y Juan Marichal (1965).
Lo mejor para é les que lo hizo frente a su abuela Teófila Guante, quien vino desde Santo Domingo a ver el partido, y su madre, María Teresa Astacio, quien vive con él en San Francisco. Ambas le acompañaron en su encuentro con los medios.
"Ellas han estado conmigo en las altas y en las bajas", señaló. "Si ellas, no hubiese llegado hasta aquí".
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