Con un bate entre las manos y una sonrisa en el rostro, el dominicano Manny Ramírez saltó el sábado de un lado a otro en los vestuarios de los Atléticos de Oaklandmientras gritaba "¡He vuelto a la alineación! ¡He vuelto a la alineación!"
Y sí, Manny está de regreso.
El vilipendiado pelotero de largas trenzas rasta y pañoleta roja ha recibido una segunda oportunidad.
Ramírez trata de volver a las Grandes Ligas un año después de retirarse de los Rays de Tampa Bay en vez de cumplir con una suspensión de 100 partidos tras haber dado positivo por segunda ocasión en una prueba antidopaje.
El dominicano, además, lo está asimilando todo una vez más, señalando que "simplemente tengo la fortuna de estar aquí y jugar el deporte que adoro".
Eso se demuestra en su ética de trabajo y en la forma en que Ramírez interactúa con sus nuevos compañeros de equipo, sobre todo con Yoenis Céspedes, el desertor cubano que está en su primera pretemporada en las mayores.
Ramírez, de 39 años, estaba muy emocionado de regresar a la alineación de los Atléticos este fin de semana después de pasar unos días bateando en el campamento de ligas menores del equipo con Céspedes, quien el sábado debutó en la pretemporada contra losRojos de Cincinnati.
El pelotero dominicano está ansioso por demostrar que todavía tiene algo de potencia con el madero.
"Ya estoy de vuelta, me siento muy bien", dijo Ramírez antes de su primer partido después de salir de la alineación de los Atléticos el miércoles por problemas en la espalda baja.
Ramírez sigue sacudiéndose el óxido después de casi un año alejado del diamante.
Nota de Arnie Stapleton
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