"Quiero mostrarle a la gente que Manny puede cambiar, que puede hacer las cosas correctas", le dijo Ramírez a Pedro Gómez de ESPN en una entrevista. "Y demostrarles que todavía puedo jugar. No quiero dejar el deporte como lo hice. También le quiero enseñar a mis hijos que si tú cometes un error, no te rindes. Regresas y lo arreglas. Y que si te vas a ir, te vas de la manera correcta".
Ramirez, quien actualmente se entrena en Florida, haciendo swings en una caja de bateo y poniéndose en forma en una piscina, cree que puede ser un modelo a seguir si le dan una oportunidad.
"Muchos van a verme y decir, hey, este hombre cometió un error pero no se venció. Mira cómo terminó. Hizo lo correcto y regresó", le dijo Ramírez a Gómez.
A sus 39 años, Ramírez es un veterano de 18 años que ha jugado con los Indios de Cleveland, Medias Rojas de Boston, Dodgers de Los Angeles, Medias Blancas de Chicago y los Tampa Bay Rays. Tiene un porcentaje de bateo en su carrera de .312 hitter, con 555 vuelacercas y 1,831 remolcadas.
Al preguntársele sobre sus oportunidades de llegar al Salón de la Fama, después de una doble violación a las reglas antidopaje, Ramírez respondió: "Para mí, ahora, si sucede, será un plus. Pero yo tengo mi Salón de la Fama aquí, mi familia".
El trabajo de Ramírez en Florida ha confirmado su creencia de que "todavía puede jugar".
"Batear consiste en la repetición", dijo en una entrevista. "Es por eso que me puse a hacer swings. No es solo tu cuerpo, es tu mente. Cuando estás haciendo todo bien, estás firme en la vida, todo viene fácil. Pero cuando tienes todos esos problemas en la cabeza y con tu familia, es difícil de concentrarse".
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