El equipo, formado por miembros del Museo del Mamut de Siberia y de la Universidad Kinki de Japón, considera que el hueso del muslo de uno de estos especímenes conserva un grupúsculo de células medulares que en su interior guardan el material genético requerido para, al estilo Jurassic Park, revivir a un mamut.
No es la primera vez que se intenta algo similar. El camino lo inauguraron en los años noventa los investigadores del Instituto Roslin al lograr la clonación de la oveja Dolly. Si bien la polémica que desató ese experimento llevó al instituto localizado en Edimburgo (Escocia) a suspender los trabajos en esa línea, desde allí se han publicado textos teóricos sobre la posibilidad de traer al teatro de la vida especies que ya han sido borradas de la faz de la Tierra.
Charles Foster, investigador del Green Templeton College de Oxford, comentó a la BBC que “la idea de clonar un mamut no es completamente ridícula. Cómo les irá a los embriones resultantes más allá de la etapa de unas pocas células, es más o menos desconocido”.
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