La joya de la corona, y que se ha convertido, en el coche más caro del mundo, ha sido un modelo del mítico Ferrari Testa Rossa 250 de 1957, que se vendió por nueve millones de euros. De este modelo de Ferrari, se fabricaron únicamente 34 unidades, coches, que más que representar una marca, son joyas del automóvil y de su historia. El coche, fue adquirido por un anónimo que realizó una puja por teléfono en una subasta.
La subasta, organizada por tercer año consecutivo, contaba con varios de los coches más exclusivos y especiales del mundo, tanto de la propia marca Ferrari, como algunos ganadores de los premios Grand Prix.
El Ferrari TR 250 F que se vendió ayer, puede ser posiblemente, el mejor coche de carreras que ha fabricado la casa de Maranello.
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