Porque los aviones no tripulados, sobre todo los Predator, son contralados de manera simultánea desde al menos cinco bases en distintos lugares del mundo por pilotos, ingenieros, contratistas privados, meteorólogos y agentes de la CIA que también se encuentran encerrados en cubículos reducidos, frente a pantallas de ordenador, en sitios tan dispares como EEUU, Alemania, Italia, Irak, Afganistán o Pakistán.
Esto se debe a que los Predator, más que en unidades, son tratados como un sistema integral del que forman parte cuatro aviones no tripulados, varios puestos de control en tierra, conexión vía satélite y una plantilla compuesta por 55 personas.
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