Una enorme tormenta de arena ha barrido Kuwait y parte del Reino de Arabia Saudí hasta el punto de dejar la visibilidad en cero, interrumpir el itinerario de vuelos del aeropuerto internacional Rey Khalid y detener la exportación de crudo por varias horas, según informes de la prensa.
Las tormentas de arena son parte de la realidad cotidiana en la región del Golfo Pérsico, en especial en las ciudades con poca vegetación y rodeadas de grandes desiertos.
Obligan a los transeúntes a buscar refugio y a los conductores a detenerse, además de agravar afecciones respiratorias y ser una amenaza a la salud de ancianos y niños.
Paradójicamente, generan imágenes de gran belleza y misterio, pues las partículas filtran la luz de sol y el paisaje adopta tonos ocre y naranja.
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