Toño, quien fue el primero en actuar, y como siempre, además de mostrarse
con una orquesta de calidad inigualable, el merenguero, más que un ejecutor
de éxitos musicales, es todo un espectáculo visual, dada la indumentaria con
la que se exhibe y que muy bien le confiere el mote de un verdadero artista.
con una orquesta de calidad inigualable, el merenguero, más que un ejecutor
de éxitos musicales, es todo un espectáculo visual, dada la indumentaria con
la que se exhibe y que muy bien le confiere el mote de un verdadero artista.
El cantante tuvo dos cambios de ropa en las dos funciones y en la última
tras despedirse tomó de la mano a su esposa Yary, quien se encontraba tras
bastidores y la mostró a la audiencia, recibiendo una prolongada ovación de
decenas de admiradores que le reclamaban otras interpretaciones.
Luego de la delirante presentación de "El Kuko" y una obligada pausa, el
turno le correspondió a Fernando Villalona y de inmediato hechó manos de un
manojo de canciones compuestas por baladas y merengues.
Como siempre, "El Mayimbe" conecta muy bien con la concurrencia con lo
mejor de su emblemático reportorio.
No faltó su espíritu patriótico y por eso tomó la bandera dominicana como estandarte de su show.
El final fue reservado para Anthony Santos, quien como el ídolo de la
bachata que es, solo tiene que abrazar su guitarra, soltar las primeras
notas y las emociones se desbordan.
El final fue reservado para Anthony Santos, quien como el ídolo de la
bachata que es, solo tiene que abrazar su guitarra, soltar las primeras
notas y las emociones se desbordan.
Contrario a otras ocasiones, Santos apela ahora mucho a Dios en sus
presentaciones pero no faltan sus acostumbradas consignas de que es el líder
de su género enmarcada en la expresión de "nadie puede conmigo, mientras yo
respire que nadie aspire".
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