La policía neoyorquina arropó este miércoles, por segunda vez en menos de una semana, a la familia de un agente de origen dominicano muerto en acto de servicio, Wilbert Mora, asesinado en la ola de violencia que sacudió en enero a Nueva York.
Wilbert Mora, de 27 años, sucumbió a las heridas sufridas en el tiroteo registrado en una vivienda particular de Harlem, adonde acudió con dos compañeros tras recibir una llamada por violencia familiar el pasado 21 de enero.
Su compañero Jason Rivera, de 22 años y también de origen dominicano, murió en el acto por los disparos de un hombre violento de 47 años, que falleció tres días después. Mora perdió su batalla el día 25 de enero.
Como el pasado viernes en el funeral de Rivera, la 5ª Avenida de la Gran Manzana se volvió este miércoles a teñir de azul, el color del uniforme de las decenas de centenares de policías que se congregaron para dar el último adiós a uno de los suyos.
En el interior de la catedral de San Patricio, familiares, autoridades y compañeros desfilaron para despedir al agente caído en acto de servicio.
El alcalde elogió a sus familiares -sus padres, tres hermanos y su novia- por “compartir a su hijo con nuestra ciudad”.
En un emotivo discurso, la jefa de la policía neoyorquina, Keechant Sewell, recordó que “esta muerte ha devastado a la familia, sacude el alma de un departamento, toca el corazón de una nación y pone a prueba la fe de esta ciudad”.
La muerte de estos dos jóvenes policías se suma a una serie de hechos violentos producidos en enero y ha puesto en primer plano la inseguridad creciente en la ciudad, que se levanta lentamente de la devastadora pandemia del coronavirus.
La pasada noche en Queens, otro policía resultó herido en un tiroteo, con lo que ya son media docena los agentes heridos o muertos en lo que va de año.
El alcalde, un excapitán de policía afroestadounidense, recibe este jueves al presidente Joe Biden para hablar de seguridad.
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