El poderoso huracán Michael, de categoría 4, tocó tierra este miércoles cerca de Mexico Beach, en el noroeste de Florida, donde descargó la furia de sus catastróficos vientos de 155 millas por hora (250 km/h) y causó inundaciones, destrozos en edificaciones, arrasó árboles y derribó el tendido de electricidad dejando a más de 388,160 hogares y negocios sin luz.
Un hombre murió en el condado de Gadsden al caer un árbol sobre su vivienda, según la portavoz del Departamento de Policía del Condado Gadsden, Sgt. Anglie Hightower. La portavoz calificó el daño del huracán en su condado como “catastrófico”.
La intensidad de los vientos colocó a Michael al borde de la categoría 5 en la escala de intensidad Saffir-Simpson, de un máximo de 5, informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH). Según el último informe del CNH a las ocho de la noche de este miércoles, el huracán cruza el suroeste de Georgia con vientos máximos sostenidos de 90 millas por hora. Se ha degradado a la categoría 1 en la escala Saffir-Simpson.
Michael es el primer huracán de categoría 4 en golpear el Panhandle de Florida desde que se tienen registros que datan de 1851, según los meteorólogos.
El ojo del huracán tocó tierra en un punto cercano a Central Daylight Time, a unas cinco millas al noroeste de Mexico Beach, una zona con menos de 1,200 habitantes ubicada al este de Panama City.
Tras el arribo de Michael, los mayores peligros eran la posibilidad de una marejada ciclónica de 9 a 14 pies de altura y el impacto catastrófico de los vientos, dijo Pablo Santos, meteorólogo del CNH.
En el antiguo distrito histórico de Panama City, un poco después de las 2 p.m., las calles parecían una zona de guerra. Ramas de árboles en el pavimento. Techos arrancados. Los grandes arcos dorados de un McDonald’s yacen sobre la calle inundada.
El fuerte viento arrancó el techo de la Primera Iglesia Presbiteriana y derribó una gran fachada de ladrillos del centro docente aledaño, donde estaba la primera escuela secundaria de Panama City en el siglo XX.
A lo largo de la avenida Harrison, la principal franja comercial, las ráfagas explotaron las ventanas de vidrio en Harris Business Machines, y la lluvia empapó una serie de fotocopiadoras. Los restos de un toldo rasgado colgaban en la fachada de una tienda. Los recipientes decorativos que usa la ciudad para depositar la basura rodaban por las calles como una maleza de metal.
Durante el apogeo de la tormenta, Mike Lindsey y su esposa intentaban tapar las filtraciones en su negocio, Elegant Endeavors Antique Shop. El propietario del edificio se había negado a proteger las ventanas.
“Mi esposa y yo nos manteníamos alejados porque podíamos verlas tambalearse de un lado a otro. Sabíamos que iban a romperse”, dijo Lindsey.
Las ventanas explotaron ruidosamente, arrojando cristales a la calle y encima de una silla antigua, una pintura al óleo y el esqueleto de un pirata que usaban de decoración de Halloween. “Fue muy dramático. Muy violento”, dijo Lindsey.
En la mañana, a medida que se acercaba el ciclón, los fuertes vientos y las marejadas azotaron la costa del noroeste de Florida.
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