En los últimos años, va tomando más fuerza la idea de que practicar relaciones sexuales beneficia la salud física y psicológica de los seres humanos. De hecho, los especialistas afirman que dichos beneficios van más allá de los placeres que se experimentan con el orgasmo y que van desde reducir el estrés hasta disminuir la presión arterial.
La sexóloga Luciana Copenni, explica: “El sexo es un antidepresivo natural y fortalece la región pélvica”. Y agrega que “existen muchas formas de brindar y recibir placer, los caminos que te llevan al orgasmo son muy variados: juegos, masturbación, palabras alusivas, caricias, besos, etc.”.
Finalmente, detalla: “Cuando tenemos un orgasmo nuestro cuerpo secreta la hormona oxitocina, conocida como la hormona del amor. El efecto relajante de la misma se asocia con los sentimientos de paz, satisfacción, confianza e intimidad que siguen con frecuencia a las relaciones sexuales”.
Algunos beneficios
Regula el ciclo menstrual: las mujeres que practican sexo, por lo menos una vez a la semana, tienen ciclos menstruales más regulares.
Ayuda a conciliar el sueño: los efectos ansiolíticos de las endorfinas y de la oxitocina facilitan que tengamos sueño después de llegar al orgasmo. A su vez, dormir bien fortalece el sistema inmunológico y baja la presión sanguínea.
Previene enfermedades: los hombres que eyaculan unas 20 veces al mes parecen tener menor riesgo de cáncer de próstata. Esto se debe a que el orgasmo estimula esta glándula, contribuyendo a evitar que se agrande.
Además, el efecto de los anticuerpos que nuestro cuerpo libera durante el sexo ayudan a prevenir resfríos, gripe y las infecciones.
Por su parte, la satisfacción de pareja se ha relacionado con una menor incidencia de problemas relacionados con el estrés, como las anginas y la úlcera duodenal.
Reduce el estrés: algunas sustancias que nuestro cuerpo secreta durante la actividad sexual, como las endorfinas y la oxitocina (como dijimos anteriormente) tienen un efecto relajante que reduce el estrés y hace que el cuerpo reaccione con menor intensidad a las actividades que nos generan tensión, como puede ser hablar en público.
Tener sexo es bueno para el corazón: practicar sexo o cualquier otro tipo de ejercicio con regularidad reduce la presión sanguínea (en concreto la sistólica), lo cual tiene consecuencias beneficiosas en la salud cardiovascular, especialmente en personas de edad avanzada. Estos efectos de la actividad física son más notables cuanto mayor es su intensidad.
Se ha constatado que la actividad sexual disminuye el riesgo de enfermedades crónicas del corazón y de ataques cardíacos, al menos en hombres; estos efectos no se han estudiado en mujeres pero es muy probable que también se den.
Los riesgos del sexo para las personas con problemas de corazón son mínimos: como la intensidad de esta actividad física es similar a la de subir escaleras, es muy poco probable que se produzca un accidente cardíaco durante el sexo, salvo que que el trastorno sea muy severo.
Mejora el sistema inmune: tener sexo 1 ó 2 veces por semana aumenta la cantidad de anticuerpos en nuestro organismo. Estas proteínas combaten las infecciones y determinados virus hacen que nos recuperemos antes de las enfermedades.
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Fuente: Los Andes
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