Eran las 3.45 PM del miércoles cuando el piloto empezó a gritar "¡Mayday, Mayday!". Los dos motores de su Cessna 402B se apagaron súbitamente y no lograba reanimarlos. La caída era inevitable.
Haciendo un gran esfuerzo por mantener el equilibrio, el capitán logró realizar un aterrizaje forzoso en medio de una avenida en San Petersburgo, Florida. Al impactar contra el suelo embistió dos autos, tres árboles y parte del tendido eléctrico.
Sin embargo, fue lo suficientemente prolijo como para evitar que se produjeran daños mayores. Las dos personas que viajaban en el avión, y las tres que iban en los autos, sobrevivieron, aunque debieron ser hospitalizadas por sus heridas.
"El piloto hizo un gran trabajo. Logró aterrizar en la avenida en vez de sobre una casa", afirmó el teniente Steve Lawrence, de la Brigada de Incendios y Rescates, consultado por el Tampa Bay Times.
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