El gobierno de Puerto Rico anunció el domingo que no realizará las celebraciones oficiales del 4 de julio, día de la independencia estadounidense, debido a la situación económica por la que atraviesa la isla, que está sumida en una deuda de más de 70.000 millones de dólares.
“Estamos siendo frugales en todas las líneas presupuestarias, particularmente celebraciones conmemorativas”, explicó el secretario de Estado, Luis Rivera, en un comunicado.
Puerto Rico es un estado libre asociado de Estados Unidos y cada cuatro de julio el gobierno organiza actividades musicales y espectáculos de fuegos artificiales para conmemorar la independencia. Es un día feriado en el que muchos puertorriqueños aprovechan para ir la playa.
Rivera, cuya institución es la encargada de organizar los festejos, indicó que “no quisimos gastar dinero, pero sí vamos conmemorar” con un mensaje televisado.
Recordó que la isla “tiene hombres y mujeres que derramaron su sangre y dieron su vida por defender la democracia de esa gran nación de la que somos parte y eso lo tenemos que honrar con mucho orgullo”.
La administración puertorriqueña, encabezada por el gobernador Ricardo Rosselló, promueve la anexión de Puerto Rico a Estado Unidos como el estado número 51 y el 12 de junio celebró un plebiscito no vinculante al respecto.
Puerto Rico ha vivido durante la última década una profunda recesión, con una deuda pública de más de 70.000 millones de dólares, por lo que el gobierno estadounidense creó una junta de supervisión encargada de establecer medidas para salir de la crisis.
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