Ciento siete temporadas de corazones rotos para los Cachorros de Chicago llegaron a su punto final al conquistar la corona de la Serie Mundial, lográndolo con unos ribetes épicos que hacen más singular la gesta de una franquicia sinónimo de sufrimiento.
Mike Montgomery retiró a Michael Martínez para el último out con un corredor en base en el décimo inning, entrada la madrugada del jueves, y los Cachorros pusieron fin a la sequía más prolongada en el béisbol de las Grandes Ligas al vencer 8-7 a los Indios de Cleveland en 10 trepidantes innings.
Los Cachorros no salían campeones desde 1908, y lo lograron convirtiéndose en el primer equipo que voltea un 3-1 en contra en el Clásico de Otoño con victorias como visitante en los últimos dos partidos desde los Piratas de Pittsburgh en 1979.
La Cabra Billy. Un gato negro. Steve Bartman. Todas esas maldiciones, supersticiones y fiascos quedaron archivadas cuando el equipo de Joe Maddon no capituló al hilvanar tres victorias consecutivas para voltear un 3-1 en contra e imponerse 4-3 en la Serie. Y perseveraron cuando estuvieron a punto de dilapidar una cómoda ventaja en el séptimo juego.
Ben Zobrist remolcó la carrera que les dio la ventaja en el décimo, seguido por un sencillo impulsor del venezolano Miguel Montero que puso el 8-6.
Los Indios descontaron en la parte baja mediante un sencillo productor de Rajai Davis con dos outs ante Carl Edwards Jr. Montgomery entró en relevo y sacó a Martínez con un rodado manso hacia el tercera base Kris Bryant.
El partido tuvo de todo, incluyendo una interrupción de 17 minutos por lluvia antes de iniciar el décimo episodio.
Además, en la baja del octavo, Davis bateó un jonrón de dos carreras ante el cerrador Aroldis Chapman, con el que Cleveland empató 6-6 tras ir perdiendo 5-1.
En el duelo de las sequías sin campeonatos que más tiempo han perdurado en las mayores, la más prolongada terminó de una vez por todas. El último de los Cachorros se remontaba a 1908, obtenido 13 días después que se completara la entrega del primer Ford Modelo T.
En cambio, la agonía de Cleveland persiste, añadiendo otro doloroso capítulo. Los Indios, el equipo que en 1997 no supo preservar la ventaja en el noveno inning de un séptimo juego con los Marlins de Florida, no se coronan desde 1948. Tres veces dispusieron de la oportunidad para liquidar a los Cachorros y no supieron dar el golpe de gracia, algo que difícilmente olvidarán pronto.
Fue otra noche de clima agradable, con temperaturas oscilando en los 22 grados centígrados (70 F). Se jugaba en Cleveland, pero la sensación en el estadio Progressive Field era de una invasión de fanáticos de Chicago, eufóricos de principio a fin.
Eternos perdedores durante más de un siglo, los Cachorros estuvieron a punto de arruinar otra oportunidad, luego que el cubano desperdiciara una ventaja de tres carreras con dos outs, cuando Davis conectó su jonrón por el jardín izquierdo.
Chicago volvía a torturar a sus fanáticos, pero volvieron decididos tras el atraso por lluvia. Los imparables de los veteranos Zobrist, quien el año pasado ganó el campeonato como integrantes de los Reales de Kansas City, y Montero.
Zobrist fue consagrado como el Jugador Más Valioso.
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