Una de las últimas réplicas alcanzó los 6,2 grados con el epicentro situado a 10 kilómetros de profundidad y a 39 kilómetros al suroeste de Kaikoura, en la zona más afectada, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
El temblor de 7,8 grados causó en esta localidad de 2.000 habitantes grandes destrozos y deslizamientos de tierra que han bloqueado algunas carreteras, mientras otras se han levantado desde el suelo.
También se registraron daños en los edificios y las carreteras en varias partes de la región de Canterbury (Isla Sur), y la ciudad de Wellington, al sur de la Isla Norte, según la cadena TVNZ.
En Wairarapa, Wellington y Marlborough se ha pronosticado fuertes vientos de hasta 140 kilómetros por hora por la noche hasta el martes, lo que podría desplazar con fuerza los restos de las edificaciones destruidas por el seísmo.
El terremoto de 7,8 grados fue elevado de magnitud tras una primera valoración que lo midió en 7,4 grados.
La agencia neozelandesa GeoNet apuntó, en cambio, que “parece que fueron dos sismos separados que se combinaron” y “que duraron dos minutos, siendo el más severo de 50 segundos”.
Numerosas zonas en la costa, sobre todo en la parte nororiental de la Isla Sur, tuvieron que ser evacuadas debido a las olas que se esperaban, de hasta 5 metros, aunque después la alerta de tsunami fue rebajada a amenaza marina y costera en varias zonas del litoral.
En un primer balance, el primer ministro, John Key, confirmó que al menos dos personas fallecieron como consecuencia del terremoto, aunque la cifra podría aumentar en las próximas horas.
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