13 de noviembre de 2015

Atención mujeres !!! 13 consejos para usar un baño público

Las mujeres son las que sufren más el uso del baño en un centro comercial, una estación de servicio o un paseo público. En este artículo te daremos algunos consejos para que puedas evitar típicas complicaciones.

“Cría fama y échate a dormir” dice un refrán popular. En el caso de los baños públicos podría decirse que en el imaginario colectivo son lugares sucios, llenos de gérmenes y donde podemos contagiarnos muchas enfermedades.

Baño público: caldo de cultivo de virus y bacterias

Existen muchos mitos en relación al uso de los baños públicos. Si bien es verdad que aquellos que están limpios reducen en un 30% la posibilidad de contagiarse una enfermedad viral o bacteriana, no son nuestro peor enemigo si tomamos ciertos recaudos.

Los sanitarios públicos suelen ser un lugar sucio y descuidado (en muchos casos) y hay bastantes personas que prefieren esperar a llegar a casa antes que ir al baño en cualquier lado.

Sin embargo, no siempre podemos aguantar tanto tiempo y los debemos utilizar sí o sí. Además, no es bueno para la salud dejar pasar mucho sin orinar. Esto genera infección urinaria, daños en la vejiga, cistitis, etc.

En un baño de estas características podemos contagiarnos:

Estreptococos
E. Coli
Estafilococos
Hepatitis A
Shigella
Gripe estacional
Infecciones leves en la piel
A diferencia de lo que consideran algunos, en un baño público no nos contagiamos de:

VIH
Hepatitis C
Virus del Papiloma Humano
Herpes

Esto se debe a que los virus que provocan estas enfermedades no pueden sobrevivir fuera del organismo. La única manera de contagio es si el infectado tiene una herida abierta y queda sangre en el sanitario.

La siguiente persona que ingrese al baño debe también tener una lastimadura que justo entre en contacto con el fluido. No es imposible, pero si muy poco probable.

Consejos para usar el baño público
Aunque estos tips y recomendaciones son más útiles para las mujeres que para los hombres, no estaría mal que todos les echaran un vistazo y los tengan presente llegado el caso de que deban utilizarlos.

Presta atención a los siguientes consejos para usar el sanitario público:

Limpia el asiento del retrete
Toma un poco de papel higiénico e higieniza el asiento. En algunas tiendas y farmacias venden una cubierta desechable que se coloca encima para evitar sentarte directamente sobre la superficie.

No bajes mucho tus pantalones
Es preciso que no lleguen a tocar el piso. Déjalos entre las rodillas y los tobillos. De esta manera evitarás que tomen contacto con la suciedad del suelo que está cerca del retrete.

No uses baños muy sucios
Si al ingresar al baño público te das cuenta de que hace mucho tiempo no lo limpian o el retrete tiene superficies mojadas o sucias mejor busca otra opción para orinar.

Nunca te sientes sobre el asiento
Puede ser un poco difícil hacer equilibrio y no cansarse por la posición. Sin embargo, es imprescindible para evitar entrar en contacto con el retrete. Si no puedes mantenerte con las rodillas semiflexionadas, puedes apoyarte en la pared o la puerta (siempre y cuando veas que no está sucia).

Prueba si funciona la cadena
Antes de orinar es recomendable verificar si la cadena sirve y si su tiraje es completo. Algunos no tienen el agua suficiente como para “llevarse” todos los desechos o quizás los desperdicios se eleven hacia la superficie porque la cañería está tapada.

En ninguno de los dos casos se recomienda usar el retrete.

Arroja las toallas sanitarias y papel en el basurero
Es una precaución que debes tener cuando estás con la menstruación y usas un baño público. Envuelve las toallas sanitarias en papel higiénico y tíralas en el cubo de la basura, nunca en el retrete.

Usa papel higiénico en todo momento
También puede ser un pañuelo de papel. Empléalo para manipular cualquier elemento que haya en el baño público, desde la llave de la puerta (sobre todo la interna) al botón o cadena.

Si quieres levantar el asiento también usa un papel higiénico. Nunca toques con tus manos o dedos directamente.

No apoyes tus pertenencias en el suelo
Puedes fijarte antes de entrar al baño si tiene un gancho para dejar el bolso, la chaqueta, las bolsas y todo lo que tengas. Si vas acompañada, sería bueno que te sujetaran las cosas mientras vas al baño.

El suelo es donde más se puede acumular suciedad y bacterias, por más que dejes tu bolso lejos del retrete.

No te quedes mucho tiempo en el compartimento
Una vez que terminas de orinar tarda lo mínimo posible para salir del baño. Los gérmenes y bacterias que rondan el aire pueden ingresar por la nariz o boca.

Lávate las manos
Aunque hayas empleado papel higiénico para tocar todo, no salgas del baño sin antes limpiar bien tus manos con jabón durante unos 20 segundos. Si el sanitario cuenta con agua caliente será mejor que la uses, ya que tiene la capacidad de eliminar los gérmenes.

Usa un jabón propio
Los dispensadores de jabón líquido no son lo más higiénico que existe, ya que la mayoría de las personas los tocan una vez que salen del baño. Si bien el siguiente acto será lavarte, por las dudas lleva tu propio jabón en el bolso.

Además te asegurarás de tener con qué limpiarte las manos en cualquier momento (en caso de que se haya acabado el del sanitario, por ejemplo).

Seca las manos con papel
Es verdad que se necesitan bastantes toallas de papel para secar todo el agua, pero son más recomendables que las secadoras de agua caliente. Estas son menos higiénicas debido a que las bacterias se acumulan en zonas calientes.

Si puedes, lleva tus propias toallas o pañuelos de papel.

Usa alcohol en gel
Por más que te hayas lavado las manos, sería bueno que reforzaras la limpieza. El alcohol en gel es algo que no puede faltarte. Además de en este caso lo puedes usar después de utilizar el transporte público, antes de comer, etc.

Fuente: Mejor con salud

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