Su larga pesadilla terminó el lunes de esta semana, cuando el juez de la Corte Superior del Condado Essex, David Lowy, anuló la sentencia de cadena perpetua impuesta a Echavarría en 1994 por la muerte a balazos de Daniel Rodríguez en la ciudad de Lynn (Massachusetts).
Echavarría, estará en libertad hasta que se le haga un nuevo juicio, después que el magistrado Lowy, anuló las evidencias falsas presentadas por los fiscales en el juicio y el testimonio presionado de un testigo “estrella” de la fiscalía.
El dominicano usará un brazalete electrónico con GPS en el tobillo a través del cual las autoridades de Boston monitorearan todos sus movimientos hasta su regreso a la corte.
La fiscalía no se opuso a la decisión de juez, pero pidió al magistrado que no se le permitiera obtener un pasaporte de Echavarría y otras restricciones, porque representa un “riesgo de fuga” por sus fuertes lazos en la República Dominicana.
Empero, la oficina del fiscal Jonathan Blodgett, dijo a través de la portavoz Carrie Kimball Monahan, que estudia la posibilidad de revisar el caso para decidir si apela o no.
El nuevo juicio fue ordenado por el juez Lowy, después de una década de investigaciones encabezadas por el Instituto de Periodismo Schuster de la Universidad de Brandeis.
El instituto encontró en las pesquisas una serie de lagunas legales que permitieron la injusta condena contra el dominicano, entre ellas los testimonios inconsistentes de testigos de la fiscalía y una pobre representación del abogado de oficio asignado a Echavarría.
La Oficina del Defensor Público del Estado de Massachusetts, solicitó en el 2010 un nuevo juicio, basándose en la investigación del instituto y el 30 de abril, el magistrado aceptó las nuevas pruebas que favorecen al dominicano.
El caso del estado de Massachusetts contra Echavarría, se basó principalmente en el testimonio de testigos presenciales, entre estos un hermano de la víctima que no hablaba inglés, tuvo problemas para explicar los conceptos básicos de la escena del crimen, como el tiempo y la distancia, no sabía el día de la semana en el que fue asesinado Rodríguez ni la ciudad en la que estaba.
El hermano del muerto, desconocía también que la víctima era un adicto a la marihuana y la noche del homicidio estaba borracho, según la investigación del instituto universitario.
El testigo dijo al jurado que “el asesino, es un hombre puertorriqueño, bien afeitado, en sus 20 años de edad, fornido y corpulento”.
Echavarría, en ese momento pesaba 135 libras y tenía un espeso bigote, midiendo una estatura de 5´10 pies en 1994.
El juez calificó de ineficaz la defensa del abogado que representó a Echavarría en el juicio original y se quejó de que el jurista, no pudo establecer la falta de credibilidad del hermano de la víctima como testigo en el juicio de fondo.
Al dominicano no se le dio la oportunidad de testificar en su favor por sí mismo.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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