12 de abril de 2015

Eligen a Primera Dama de RD entre la mejor vestida en Cumbre de Panamá

La primera dama dominicana, Cándida Montilla de Medina, figuró junto Lorena Castillo, esposa del presidente panameño Juan Carlos Varela, en la lista de las mejor vestidas de la recién concluida VII cumbre de las Américas, celebrada en Panamá los días 10 y 11 de este mes.

De acuerdo a un reporte digital del periódico panameño El Siglo, tanto Lorena Castillo como Cándida Montilla de Medina impresionaron con sus atuendos el día inaugural de la actividad.



“La representante de las damas panameñas lucióo glamurosa en la inauguración de la Cumbre, al igual que la Primera Dama de República Dominicana, Cándida Montilla”, indica la nota.

Al referirse a la vestimenta llevada por la primera dama de Panamá, el periódico señala que ésta llevó un vestido blanco estampado, con chaleco a la altura del abdomen y unos zapatos negros preciosos, lo que la pusieron en el ojo de todos los reflectores.

Sobre la esposa de Danilo Medina, el presidente de la República Dominicana, indica que la dama “salió con un vestido fucsia y zapatos de punto que iban acorde a su cuerpo y color de piel”.

Las que metieron la pata

Entre los desaciertos cometidos por las damas asistentes al importante evento, se hace referencia a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, de quien señalan que “utilizó el mismo vestido que llevó durante las diferentes actividades, previas a la cumbre, en la inauguración del evento”.

Otra criticada por su indumentaria fue la esposa del presidente Venezolano, Nicolás Madura. La nota señala que Cilia Flores es conocida por su temple, pero no por su buen vestir. “Para la inauguración de la Cumbre lucio muy sencilla, algunos seguidores en las redes dijeron que parecía una secretaria, con blusa maga larga blanca y pantalón negro largo”.

También cuestionaron el look de la primera dama de Nicaragua, Rosario Murillo, de quien dicen es famosa por “preocuparse muy poco por su apariencia. La nota dice que la señora hizo lo posible por vestirse acorde a la ocasión, sin resultados positivos. “Su vestido blanco era hermoso, pero le quedaba grande y se veía mangajo, y qué decir de la cantidad de pulseras de colores en sus manos”.


Nota de Sandra Guzman

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