Pero lo más sorprendente es que la anciana es parcialmente sorda y ciega y la era digital le ha sido de gran ayuda, porque estudia en libros de audio, los que dice amar como a su vida.
“Ella, nunca tuvo la oportunidad de regresar a la escuela, pero eso, no le impidió seguir aprendiendo”, dijo su orgullosa hija en ley, Janet Tower, quien la ayudó a superar las últimas barreras académicas para que Cocoran, obtuviera el diploma.
Después de la ceremonia, la nueva bachiller, lanzó el birrete al aire en señal de triunfo y celebración.
La investidura, se la hicieron en el Centro de Ancianos Berkeley en Lawrence.
La anciana, dijeron familiares y maestros, siempre se mantuvo al tanto de los últimos acontecimientos y hasta aprendió a manejar autos.
“Ella sigue siendo una ávida lectora”, explicó su bisnieta Kim Kowal, quien trabaja en una escuela pública de Methuen, diciendo que ella habló con la dirección del plantel sobre la historia de la anciana.
“Estamos muy orgullosos de ver esto y ella es una gran inspiración para toda la familia”, agregó la señora Kowall.
El esposo de la anciana, murió a los 62 años de edad, en el 2012. Ella tiene un hijo, tres nietos y ocho bisnietos.
A su edad, todavía le queda mucho ingenio, es fuerte y se mantiene al tanto de todo lo que ocurre a su alrededor, expresó Towell.
La graduación, le coincidió con su cumpleaños 102, que fue celebrado por los familiares, amigos y personal de la escuela secundaria, luego de recibir el diploma.
La aplaudieron largamente entre velitas y el bizcocho y le cantaron “Happy Birthday” (Feliz Cumpleaños). Sopló las velas del pastel y se comió un pedazo.
Su hijo, Donald Towler, dijo que admira la actitud de su madre, que siempre quiere hacer más.
“Estoy muy emocionada y creo que esto es maravilloso”, dijo la anciana.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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