El país se prepara para una gran tormenta que amenaza con devastar zonas aún dañadas por el supertifón que el año pasado mató a más de 7.000 personas. Anunciaron el estado de alerta máxima.
Lluvias torrenciales y fuertes vientos comenzaron a golpear el sábado el este de Filipinas, antes de la llegada de una gigantesca tormenta que amenaza con devastar zonas todavía dañadas por un supertifón que mató a miles de personas el año pasado.
El tifón Hagupit avanzaba lentamente en el Océano Pacífico hacia este archipiélago del sudeste asiático, y se espera que toque tierra antes de la madrugada del domingo, indicaron los servicios meteorológicos.
Más de 600.000 personas en las zonas costeras fueron albergadas en refugios, de acuerdo con el gobierno, y se espera que muchas más lleguen a lo largo del sábado, mientras continúan las alertas anunciando vientos capaces de destruir casas, olas gigantescas y deslizamientos de terreno.
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