“A los hombres les va mejor por la mañana y a las mujeres por la noche”, dice Juan Manuel González, director del Centro de Psicología y Sexología.
Las dificultades en la intimidad no sólo dependen del estrés, el mal humor o el cansancio, sino que la hora del día también puede influenciar el placer del momento.
El problema está en que el horario propicio para que una mujer alcance su punto máximo de clímax no coincide con el del hombre.
Los especialistas lo denominan falta de conexión sexual temporal y tiene su explicación en factores biológicos.
Los niveles de testosterona (hormona que determina el deseo sexual) está en el punto más alto para los hombres en las mañanas, mientras que para las mujeres es en la noche.
Durante las horas de sueño el cerebro de los hombres, más específicamente la glándula pituitaria, produce hormonas sexuales de manera constante y genera las ansias del sexo mañanero.
Sin embargo, en las mujeres este fenómeno no ocurre cuando están dormidas, sino a lo largo del día.
Aunque entre las soluciones puede plantearse tener relaciones sexuales en las horas del mediodía, González asegura que conciliar estas diferencias es la mejor opción.
“Más que buscar una tercera opción, las parejas deben dialogar para complacerse mutuamente.
Si él prefiere en las mañanas, debe esforzarse por darle a su pareja lo que a ella le gusta, como las caricias, y viceversa”, asegura el especialista. Y agrega que, a pesar de que lo biológico es determinante, no se puede pensar que sea lo único importante.
Hay otros factores como el preámbulo, el coqueteo y las caricias, que también cumplen un papel fundamental cuando se habla de tener un agradable encuentro sexual.
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