17 de junio de 2014

Diego El Cigala revela es asimilado de la Policia

Despues de obtener la nacionalidad dominicana, el cantautor es dominicano. El Cigala saca la cartera, aparta los euros y me enseña tres carnets que lo acreditan, el de identidad, el de conducir y el de la policía dominicana. Diego agita el carnet con sus manos cargadas de anillos. 

"Te vas a partir el pecho Soy asimilado honorifico de la Policía Nacional dominicana". La noticia es lo suficientemente extravagante como para que el único comentario sea la risa y el sarcasmo. "Ha llegado muy alto." le digo. "Nunca llegaré más arriba" repite.

"Vivo en Punta Cana, al lado de la playa, con un carrito de golf". La visión es idílica pero escasamente flamenca. ¿Y no le afecta a la voz estar a la orilla del mar? "No. Afecta cuando cantas en altitud cuando voy a Colombia, eso sí que se nota en la voz".

Ahora, de verdad ¿por qué se fue?

-Por las cosas que están pasando en España. Seis millones de parados, se acaba la cultura, el IVA, trabajar para el Estado y sobre todo ver a tus compañeros, grandes genios que tienen que tocar en un club de jazz por doscientos euros... Es ridículo. Desde Dominicana puedo ir a cualquier lugar del planeta.

La indignación da paso a la música. En esos clubes se está haciendo música de un nivel excepcional. El Berlin, el Central... Diego sabe bien lo que es eso. Tocar la mejor de las músicas posibles para un puñado de seres privilegiados. 

Y entonces se acuerda de 'los piratas del Flamenco', la aventura de un puñado de músicos audaces (Jerry González, Javier Colina, Niño Josele, Caramelo, el Piraña...) que se reunían en clubes minúsculos como el Berlín y el Clamores de Madrid en las vísperas de su gran éxito junto a Bebo Valdés, 'Lágrimas negras'.

"Yo ahora sigo la música por 'youtube'" explica, pero no escucha cualquier cosa. 

Desde su playa lejana sigue los pasos de Juan Antonio Salazar, un cantaor singular rescatado por Paquete que se presentó en el Berlín y que parece uno de esos personajes de leyenda, incapaces de conjugar el arte y el negocio.

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