“Si un musulmán, puede manejar un taxi son su turbante, un homosexual puede andar por ahí con una gran bandera del arco iris que lo representa, ¿porqué no puedo yo llevar un brazalete nazi?”, se preguntó el taxista dominicano.
Díaz, quien se define como un nazista impenitente, acusa a la agencia de actuar drásticamente en su contra. El chofer, sostiene que los taxistas, pueden vivir con su propia clase y no necesariamente involucrarse en el multiculturalismo de la ciudad.
“Sé que es muy polémico que un latino no blanco, lleve un brazalete nazi, pero ¿quién dijo que hay que ser blanco para ser un nacionalista o socialista?”, dijo el taxista.
Díaz, que trabaja como taxista desde noviembre del 2011, recibió la suspensión de la TLC por exhibir la esvástica nazi, también en uno de sus brazos.
Se le acusa de cometer un “acto contra el interés de la opinión pública”, pero hasta ahora, no se conoce ninguna ley federal, estatal o municipal en Estados Unidos, que proscriba la difusión del nazismo, aunque enfrenta una fuerte presión de las comunidades judías, que alegan haber sido víctimas de holocausto, hecho que Díaz, niega.
El chofer criollo, no podrá trabajar en su taxi durante 30 días, que es el período de la suspensión.
Manejaba el carro en camiseta y con la esvástica nazi en su antebrazo izquierdo.
“La TLC ha infringido mi libertad de expresión”, criticó el chofer dominicano.
“Voy a seguir llevando la esvástica, aunque no sea manejando mi taxi, porque sé que en la ciudad, hay un montón de liberales criticones y llorones, que gritan cada vez que ven un símbolo como la esvástica, calificándolo como un emblema de odio”, sostiene el taxista.
“Creemos en la separación y la segregación racial. Nos han dicho muchas mentiras sobre Hitler, como que asesinó a seis millones de judíos, pero todo eso, es mentira.
Conocido el “nazi dominicano”, muchos compatriotas de Díaz, se han sorprendido por la creencia deltaxista en la “doctrina” de Hitler.
La suspensión, se le impuso a Díaz, después que la Liga Anti Difamación del Holocausto, controlada por judíos, envió una carta a la comisionada de la TLC, quejándose de que el chofer andaba con la esvástica nazi en el antebrazo y negando la matanza.
Kevin Díaz, un hermano del taxista, dice que el taxista, “llegó demasiado lejos” y que le ha dicho que debe mantener sus creencias a nivel personal.
“Si yo tengo que pedir disculpas, por mi creencia en Hitler, un homosexual también tiene que hacerlo por ser gay”, expresó Díaz.
Tampoco el padre de Díaz, está de acuerdo con las creencias nazistas de su hijo. El señor Juan Díaz, dijo que el chofer necesita ayuda psicológica. “Olvídense de todo lo que mi hijo ha dicho”, señaló el papá del conductor.
El taxista, en su perfil de Linkedin, reseña que es graduado en el 2006 en la Escuela Secundaria Católica Cardenal Hynes en El Bronx, uno de los plateles superiores más prestigiosos de Nueva York.
Dijo que siempre respetó a todos sus compañeros estudiantes, pero quiere que ellos estudien a fondo el holocausto para que aprenda a distinguir entre la verdad y las mentiras.
LA FAMILIA
La familia del taxista, aseguran que Díaz, tiene problemas mentales, con un largo historial bipolar y que sus creencias nazistas, son un reflejo de su enfermedad.
“El, no sabe lo que está haciendo ni diciendo. No está bien de la cabeza, pero es una persona tranquila”, añadió su papá.
Los padres dijeron que Díaz, es no racista, por el hecho de aferrarse a la creencia nazi.
Su papá quemó el brazalete el viernes último y está buscando ayuda profesional para el taxista. “Le dijimos que era una cosa mala, pero él respondió que no, que estaba bien y que yo soy muy ingenua”.
“Tememos que mucha gente crea que nuestro hijo, sea un terrorista”, dijeron ambos padres.
La madre, quien llegó a Nueva York hace 30 años, sostiene que su hijo no entiende el significado del símbolo nazi. Ella piensa que su hijo, se obsesionó con la esvástica, después de ver la película “Raiders of the Lost Ark” (Corredores del Arco Perdido).
La madre dijo que Díaz, piensa que no hay nada malo en llevar la esvástica nazi y que asiste a la iglesia todas las semanas.
Y se disculpó ante cualquier persona que se haya ofendido, por su hijo llevar el brazalete, que para muchos, recuerda el genocidio ordenado por Hitler, y otros horrores de la Segunda Guerra Mundial.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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