El nerviosismo y la preocupación se ha apoderado de decenas de productores agrícolas, quienes le adeudan al exmilitar decenas de millones de pesos otorgados en préstamos para financiar la siembra de soya para la producción de aceite para la exportación en el valle de Elias Piña.
No solo eso, sino que también al momento del apresamiento de Paulino Castillo, el 18 de diciembre del 2004, y principalmente después de su extradición a Estados Unidos ocurrida el 19 de febrero del 2005, parte del moderno parque de maquinarias agrícolas fueron desviadas y quedaron en manos de otro grupo de productores agrícolas, que de producirse el retorno de Quirino de seguro éste las reclamara.
Según se ha sabido, muchas de esas maquinarias han sido vendidas o traspasadas a terceros mediante mecanismos dudosos, pero ahora al anunciarse su puesta en libertad por la jueza a cargo del proceso en el Distrito Sur de Nueva York, Kimba Wood, quienes poseían dichos equipos temen que a su retorno el exconvicto también los reclame por la vía judicial.
Pocos meses antes de su apresamiento, en el 2004, Quirino Ernesto Paulino Castillo convocó a los principales productores agrícolas del valle de esta provincia a su hacienda ganadera Belkis Elizabeth, ubicada en el ahora distrito municipal de Pedro Corto, en el kilómetro 22, carretera San Juan-Las Matas, donde anunció un “amplio proyecto de siembra y producción de soya, la instalación de una gran fabrica para el procesamiento y producción de aceite de esa oleaginosa para la exportación, para cuyo fin entregó financiamiento por adelantado mediante contratos, por decenas de millones de pesos a productores agrícolas de la zona.
Quienes aceptaron involucrarse en el cultivo de soya para fines de industrialización, antes de recibir parte del financiamiento, que asciende a decenas de millones de pesos, según se ha sabido, firmaron contratos notariados con Quirino Ernesto Paulino Castillo, los cuales, según abogados consultados, tienen fuerza de ley ejecutora.
Antes de la firma de esos contratos, ya Quirino, nativo del municipio fronterizo de Comendador, había comprado decenas de maquinarias agrícolas para la preparación de suelos, corte, recolectoras y secadoras de arroz, que también serían utilizadas para en el cultivo de soya.
De acuerdo a documentos en poder de este redactor, poco más de un año antes de su apresamiento, Quirino Paulino compró y trajo a la zona un importante parque de maquinarias agrícolas, consistente en 21 tractores de la marca New Holland TS90, 1920, 6610, 7610, 17 rastras y rotadores, un tanque para combustibles, dos prensas.
También 10 carritos para el acarreo de arroz ensacado, 800 burros de madera, un secador para greña, dos compresores de aire caubell, un molino doble, dos inversores de 20 baterías cada uno, 4 torvas con capacidad para secar 200 sacos de arroz, 4 secadoras con su horno eléctrico, una pesa eléctrica, una sarauta para limpiar simiente, 5 camiones y 4 cortadores de arroz (combinas).
De acuerdo a los mismos informes, una parte de esas maquinarias fueron recuperadas por familiares cercados al narcotraficante Paulino Castillo, unas han sido vendidas, otras están en uso, principalmente en el municipio de El Llano, provincia Elías Piña, en cuyo pueblo aún opera la moderna factoría para el procesamiento de arroz en cáscara.
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