“A mí nadie me hace caso. Serví casi 30 años en la Policía y ni la Policía, ni la justicia me hacen caso, estoy recibiendo amenazas, me destruyen mis auyamas y se burlan de mí y no hay un fiscal, ni un Policía, ni un juez que conozca la situación por la que estoy pasando.
Si no me hacen caso me pego fuego aquí para que los turistas se lleven la imagen de mi impotencia”, advirtió la dama visiblemente nerviosa y sollozante.
Lourdes Jiménez Vargas se mostraba coherente en sus palabras y apuntó este número de contacto en un papel 829-773-3469, por si alguna autoridad está dispuesta a ayudarla.
Decenas de curiosos, entre ellos turistas, presenciaron la escena en la que la mujer se encadenó para protestar.
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