Jackelin Castro, la progenitora del vástago de tres años de Canó, decidió someter al segunda base en una corte de San Pedro de Macorís el mes pasado. Junto a sus abogados y los de Robinson deben estar en la corte el próximo siete de noviembre, coincidiendo con la fecha en que entra a la agencia libre.
El salario de Canó la pasada campaña fue de 15 millones de dólares. Si todo sale como se espera, podría firmar un pacto multianual de muchos millones.
Castro, en una entrevista con “Outside the Lines”, de Espn, habla de Canó como si fuese un padre distante de su hijo, que no le concede lo que necesita y que apenas le da 600 dólares mensuales. Canó dijo que le da lo acordado.
Desde febrero pasado, las partes han estado tratando de llegar a un acuerdo. En ese entonces, según Castro, un abogado que ya no trabaja para Canó, la visitó con con lo que describió como un contrato por 10 años.
Castro dijo que la oferta hablaba de derechos de visita para Canó y el dinero para el niño, que según su versión estaba estipulado en 150 mil pesos cada seis meses o el equivalente de 500 a 600 dólares mensuales. También incluía una cláusula de confidencialidad. Si la violaba, podría ser responsable de daños por dos millones de pesos o 47 mil dólares.
Ella no firmó el documento. “Su intención y la de sus representantes era intimidarme”, dijo Castro.
Canó emitió una declaración ayer a través de su relacionista público.
“He hecho todo lo posible para cuidar a mi hijo, incluyendo un monto económico mensual, una casa, un carro, seguro, educación, juguetes, ropa y otras cosas esenciales para el niño y su madre”, decía el documento.
“Este es un asunto privado y no voy a pelear en los medios”.
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