Peláez relató que algunos de sus familiares perdieron sus trabajos por el proceso judicial seguido en su contra.
Su rostro refleja una sonrisa genuina cuando habla de su hijo, pero su felicidad es igual o mayor cuando recuerda a su nieto.
Mary Peláez, condenada por lavado de activos, lleva una vida activa dentro de Najayo-mujeres: sirve de instructora a algunas de las reclusas y toma muy en serio sus estudios universitarios.
¿A qué hora te levantas?
Me levanto a las seis de la mañana porque tenemos una clase de yoga (la cual imparte), lo hacemos con un DVD porque yo no soy profesora de yoga, son cosas de supervivencia.
Mi hermano me consigue ejercicios y me los trae al centro, así todas las mujeres pueden recrearse y al mismo tiempo cuidar su salud, combatir el stress y la ansiedad, porque el encierro te llena de ansiedad.
La clase dura como de 6:15 a 7:30, con el timbre de recuento me pongo presente en el pabellón, tomo mis tenis y me voy a los aeróbicos.
Luego de los ejercicios voy a la Iglesia todos los días. El día que yo no voy a la iglesia yo siento que papa Dios me va a castigar con algo, entonces yo no quiero que me castigue con absolutamente nada y yo voy todos los días a mi iglesia adventista. Siempre reflexionamos la palabra.
¿En qué otras actividades te integras?
Yo coordinaba el modelaje, pero ya no lo hago. Estamos entrando en una etapa bien difícil de la universidad y tengo que estudiar mucho y hay otras personas encargándose de preparar a las muchachas.
¿Por qué decidiste estudiar derecho?
Se abrieron dos plazas, para las carreras de derecho y psicología. Me sentí más identificada con el derecho, hubo muchas cosas que pasaron en mi caso y en el caso de diferentes personas que a mí me llamaban la atención y yo quería conocer de nuestros sistema legal, nuestro ordenamiento jurídico.
En muchos casos entiendo que hay excesos de poder y en otros veo que son muy permisivos, por eso es bueno conocer todo el ordenamiento jurídico de tu país.
Si tu conoces eso tú sabes cuáles son las causas y las consecuencias de tus actos. Además, cuando empecé a estudiar derecho me acababan de cantar 15 años, y yo dije: “si ya voy hacer X cantidad de tiempo quizás podría yo ayudar asesorando a las mujeres de aquí en sus casos y ayudándome a mí y a otras personas”.
¿Piensas ejercer el derecho?
Yo pienso que sí. Yo no sé si soy buena en derecho o pronosticando las cosas, pero se me da casi todo lo que pronostico. Y te voy a decir algo: si yo hubiese tenido los conocimientos que tengo ahora muchas cosas no me hubiesen sucedido.
Por eso entiendo que es muy importarte educarse y conocer a fondo cuales son nuestros derechos y deberes.
¿Cómo afectó el proceso penal que se te siguió a tu familia?
Nosotros somos siete hermanos. Si yo he sufrido las consecuencias tengo que decir que he sido de las menos afectadas en relación a mi familia.
Porque por lo menos yo estaba presa aquí, encerrada, lejos de todo el mundo, pero mis hermanas, mi mamá, mis hermanos, mi hijo y mis primos fueron los que se tuvieron que enfrentar a todos los insultos y ofensas, a todos los abusos que se cometieron y las acusaciones que se entretejieron entre nosotros, porque este caso no fue ni siquiera un caso mío particular sino que ellos lo hicieron algo más familiar. Mi familia se tuvo que enfrentar con todo eso en la calle sin tener ni siquiera la culpa.
¿Algún incidente preciso que recuerdes?
Yo recuerdo que a mi hijo en su graduación del colegio cuando estaba recibiendo el diploma hubo una de las madres de sus compañeros que le gritó que él era hijo de una narcotraficante, y yo no le puedo juzgar a esa señora, ella dijo eso porque eso era lo que se decía, sin embargo, yo nunca he visto droga en mi vida.
Y varios de mis familiares perdieron su trabajo porque en eso momento no era bueno tener a nadie frente a tu empresa trabajando, si es familia de Mary Peláez.
Y te dan la espalda porque todo el mundo hace leña del árbol caído, después las cosas pasan porque todo pasa, y la gente con el tiempo se dieron cuenta de que todo no era tan horroroso como lo habían pintado.
Mi hijo no podía tener ni un teléfono a su nombre, son cosas como que se heredan, él heredó los problemas de su mamá, y esas son cosas que se deben cambiar porque hasta donde yo tengo entendido no pueden ser culpables ni sufrir las consecuencias de delitos de terceros.
Mi hijo asumió con mucha entereza y responsabilidad todo lo que paso.
¿Y tu hermana te visita?
Sí, nosotros somos una familia muy unida y no lo dejamos de ser. Dolhpi ha sufrido mucho todo esto hay muchas cosas que ella no entiende. Mi relación con ella y todos mis hermanos es muy buena.
Y ellos se turnan y vienen. El único que no es negociable es mi nieto, tienen que traérmelo siempre para que me conozca.
¿Qué tiempo tienes aquí?
Tres años y nueve meses.
Antes de estar aquí ¿qué estudiabas?
Administración de empresas, iba por el quinto cuatrimestre.
¿Qué dirías a la sociedad sobre el proceso que se siguió en tu contra?
Yo entiendo que todo el mundo comete errores en su vida y a veces uno tiene que ponerse en los pies de las otras personas antes de maltratar o de enjuiciar a la gente.
Entiendo que errar es de humanos y si tú muestras la disposición y el deseo de cambiar yo creo que las personas merecen una segunda oportunidad.
Nota de Julia Ramírez
Via elcaribe.com.do
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