Nueva York. La ciudad facilitará que miles de jóvenes inmigrantes sin autorización para vivir en EE.UU. puedan pedir al Gobierno la suspensión de su deportación y la obtención de un permiso de trabajo.
Funcionarios neoyorquinos anunciaron ayer que gastarán 18 millones de dólares en programas de educación para adultos y asistencia legal para ayudar a “dreamers” locales a acogerse al plan de suspensión de deportaciones que el presidente Barack Obama aprobó el año pasado.
Los “dreamers” son jóvenes que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos, generalmente por sus padres, cuando eran niños. Nueva York es la primera ciudad del país que implementa la iniciativa.
Unos 79 mil jóvenes sin papeles en Nueva York pueden aún acogerse al plan de Obama pero 16 mil de ellos deben inscribirse antes en una escuela o programa de educación para adultos, tal y como estipulan los requisitos federales.
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