Este martes el cohete ruso Proton-M estalló a sólo segundos de haber iniciado el despegue, dejando sin efecto su misión de poner en órbita tres satélites.
El lanzamiento fue realizado en el cosmódromo de Baikonur en Kazjistán, pero una falla técnica hizo que el artefacto se despedazara en el aire, accidente que no dejó lesionados entre los encargados del despegue.
Se estima que las pérdidas por este fallo bordean los 200 millones de dólares, además en la zona se realizó una evacuación preventiva debido al contenido de material tóxico que cayó en la explosión del cohete.
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