Los síntomas son parecidos a los del resfriado común: fiebre alta, tos constante, secreción nasal, dolor de garganta, dolor de cabeza y en el cuerpo, náuseas, escalofríos, irritación en ojos, dificultad para respirar y pérdida de apetito.
La diferencia es que el cuadro se complica en 48 horas y compromete el sistema respiratorio.
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