Un dominicano que estuvo siete años en la cárcel purgando una condena por un asesinato que no cometió, demandó por $28 millones de dólares a la Fiscalía del Distrito de El Bronx, aduciendo que el fiscal Robert T. Johnson manipuló el juicio y se negó a presentar un testigo clave que hubiera testimoniado sobre la inocencia de Darren Félix, declarado culpable de matar a un hombre que era padre de cinco hijos.
El crimen ocurrió frente a un restaurante de la cadena McDonald´s de la calle 167 Este en El Bronx en el 2004.
La condena contra Félix se basó principalmente en la declaración de una testigo identificada como Sara Torres de 15 años de edad y quien trabajaba en el restaurante, quien dijo que vio el tiroteo, pero insistió en que el condenado no era el matador y advirtió a la fiscalía.
Robert T. Johnson fiscal de El Bronx (Foto Mariela Lombard)
Empero, los fiscales la presionaron diciéndole que podía estar equivocada.
Torres recalcó su declaración exculpando a Félix cuando los investigadores le mostraron las fotografías y cuando se le preguntó en el juicio, si reconocía en el banquillo al matador.
Los abogados defensores ni el jurado, no vieron varias fotografías que Torres le hizo a Félix durante el tiroteo, pero a pesar de que las imágenes revelan que el dominicano no fue el asesino, fue sentenciado a 25 años en prisión.
Después de siete años detrás de las rejas, la Asociación de Ayuda Legal (Legal Ad Society) convenció a la oficina del fiscal a reexaminar nuevas evidencias que limpian a Félix en el asesinato.
La demanda fue presentada el miércoles de la semana pasada contra la ciudad y la fiscalía de El Bronx y en el reclamo Félix y sus abogados sostienen que un detective de homicidios “envenenó” a Torres para que declarara como testigo principal del homicidio.
También acusa al fiscal Johnson de indiferencia deliberada ante el manejo inapropiado de sus ayudantes durante el juicio, lo que violó los derechos civiles del dominicano.
Joel Rudin, abogado principal de Félix no quiso hacer comentarios respecto al caso, pero dijo que mientras el fiscal de El Bronx accedió a revisar la condena de un inocente, la evidencia recientemente descubierta desvinculaba a su representado en absoluto del asesinato, por lo que nunca debió haber sido condenado.
La noche del 23 de julio del 2003 Kantari Baragi de 40 años de edad fue asesinado en medio de una trifulca en las afueras del citado restaurante.
La policía invadió las cuadras en los alrededores y detuvo a Félix que entonces tenía 19 años de edad.
Los investigadores dijeron que su aspecto físico coincidía con la descripción del asesino ofrecida a las autoridades por testigos presenciales.
Se le confundió con el mató porque la ropa que Félix llevaba puesta esa noche, era parecida a la que tenía el criminal: piel oscura, con camiseta blanca y pantalón jean.
Luego de las investigaciones de la Sociedad de Ayuda Legal y la propia fiscalía, se determinó que el verdadero asesino es Justo Echavarría (también dominicano), una adolescente que tiene gran parecido con Félix, pero el inocente fue “identificado” en la línea policial por la testigo Torres, aunque él estaba solo.
Una semana después, Torres les dijo a los investigadores que conocía bien a Félix porque iba al McDonald´s casi a diario a pedir té helado.
El detective José Félix Morales a cargo del caso decidió acusar al ahora demandante luego de escanear fotos de cinco sospechosos, pero lo que dijo fue que “parecía que era el matador” y en la corte respondió “sí” cuando se le preguntó si estaba seguro.
El detective, violando las normas de la policía, sólo escribió la palabra “seguro” y no “se parecía” como originalmente había dicho.
Nota de Miguel Cruz Tejada
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