Con 66 años de edad, 38 de servicios médicos, de los cuales 34 los ha dedicado al Darío Contreras, el doctor Quezada dice no quejarse del apoyo que recibe de las autoridades, pero tomó la decisión porque la crisis que envuelve a los hospitales del modelo tradicional lleva a enfermar a quienes buscan dar respuestas a la creciente demanda que tienen los pacientes.
El hospital Darío Contreras, principal centro especializado en traumatología del país, mantiene actualmente una deuda que supera los 120 millones de pesos. El centro recibe una subvención mensual de 7.2 millones de pesos y tiene gastos que doblan esa suma.
“Aquí la mayoría de los pacientes no cuentan con recursos ni para pagar una ínfima cuota de recuperación, incluso cuando un paciente se muere el hospital debe agenciarle el ataúd y el traslado”, asegura.
“Aquí la mayoría de los pacientes no cuentan con recursos ni para pagar una ínfima cuota de recuperación, incluso cuando un paciente se muere el hospital debe agenciarle el ataúd y el traslado”, asegura.
Afirma que las autoridades centrales le han apoyado mucho, “mi renuncia es voluntaria, entiendo que hay que dar paso a las nuevas generaciones”, señala Quezada mientras asegura que en la mañana de ayer depositó su renuncia en el Ministerio de Salud Pública, pero que permanecerá en el hospital hasta que llegue su sustituto. Dijo que además depositó sus papeles para optar por una pensión.
Quezada ocupó el cargo de director del hospital Darío Contreras durante los primeros cuatro años de gestión del expresidente Leonel Fernández, desde 1996 hasta el 2000, y posteriormente volvió a ocupar el cargo en el 2004, donde se ha mantenido desde entonces.
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