Los desconocidos, en actitud sospechosa, se mantuvieron merodeando el templo católico a pesar del asecho de los fieles.
Poco antes los desconocidos habían intentado asaltar a una joven en la puerta del templo católico a la que golpearon luego de que ella resistiera el atraco.
Al regresar los desconocidos en actitud desafiante y sospechosa al entorno de la Iglesia, el ministro, Eduardo Ruiz, quien daba la misa en lugar del párroco Lucas Ortiz, dispuso la paralización de la eucaristía.
Ruiz explicó que ante el miedo de los niños y las mujeres, tuvo que terminar antes de tiempo los actos religiosos y sacar a los fieles en grupo de siete para evitar que sean atracados o maltratados.
El religioso recordó que hace poco el templo fue forzado y los delincuentes rebuscaron todas las oficinas y gavetas aunque nada encontraron para llevarse.
De su lado el párroco Lucas Ortiz dijo que es una pena que ni la casa de Dios sea respetada por los desaprensivos y considero se hace necesario una mayor vigilancia policial.
Los feligreses denunciaron la poca iluminación que hay en el entorno de la iglesia lo que, según ellos, sirve de caldo de cultivo a los actos indebidos.
Los vecinos cercanos a la iglesia también se quejaron por los asaltos y otros actos inmorales que se realizan en esa cercanía al amparo de la oscuridad y la falta de patrullaje policial.
Nota de Nelson Mateo
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